Oftalmóloga y profesora de magisterio española.

Nació en Madrid en 1891. Fue hija de José Soriano Surroca (1865-1939), ginecólogo madrileño miembro de la Academia de Obstetricia, Ginecología y Pediatría. En 1910 emprendió a la vez los estudios de bachiller, él cual cursó en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, y de magisterio, y dos años después ingresó en la facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid. Siendo la única alumna de su promoción, contó con el respaldo del decano de Medicina y catedrático de Ginecología, Sebastián Recasens (1863-1933).

En 1920 consiguió el doctorado presentando una tesis sobre tumores oculares y empezó una doble actividad profesional como oftalmóloga y como profesora de la Escuela Normal Central de Maestras, donde enseñó Higiene, Fisiología y Anatomía. Desarrolló su trabajo clínico en el Instituto Oftálmico, la Gota de Leche del doctor Ulecia y el Patronato de Ciegos. En 1928 obtuvo por oposición una plaza de médico de la Marina Civil, en el cuerpo de Inspectores Médicos de la Marina Mercante, y durante un año trabajó como médica inspectora de emigración a bordo de dos barcos de pasaje que viajaban a Sudamérica.

En 1928 fundó la Asociación de Médicas Españolas (AME), cuyos objetivos eran los de mejorar la situación profesional de las médicas y la salud de mujeres y niños. La asociación formaba parte de la Medical Women International Association (MWIA), cuya presidenta era la médica e historiadora norteamericana Kate Hurd-Mead (1888-1949), quien había visitado a Elisa Soriano durante su estancia en Madrid en 1927. La asociación dejó de existir tras la Guerra Civil española, pero volvió a constituirse en 1965 con el nombre de Asociación Española de Mujeres Médicos.

Comprometida con el sufragismo y los derechos de las mujeres, perteneció durante y después de su vida universitaria a numerosas asociaciones y organizaciones reivindicativas, como la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, la Juventud Universitaria Femenina, de la que fue presidenta entre 1919 y 1924, el Lyceum Club, el Comité Femenino de Higiene Popular, la Protección a la Infancia, o la Sociedad Española de Higiene, de carácter médico-social.

Tras la Guerra Civil continuó su trabajo como profesora de magisterio y oftalmóloga infantil, y siguió promoviendo veladas culturales y literarias a pesar de las limitaciones. En 1962 el ayuntamiento de la capital le concedió la Medalla de la Ciudad de Madrid. Falleció en la capital española en diciembre de 1964.