Compositor, empresario, director de orquesta y crítico musical español.

Educado en una familia de arraigada tradición musical, fueron sus padres Rosa Torroba López y José Moreno Ballesteros, organista, profesor del Conservatorio de Madrid, compositor y director de la orquesta del madrileño Teatro Lara.

Se inició musicalmente con su padre para continuar los estudios en el Conservatorio de Madrid donde fue alumno de Conrado del Campo. Aunque su familia hubiese preferido que siguiera la carrera de ingeniería, su vocación musical le llevó a la composición desde muy joven.

En mayo de 1912 estrenó con su progenitor en el Teatro Lara "Las decididas" sainete lírico en un acto. En este mismo teatro, también junto a su padre que dirigía el conjunto instrumental, en abril de 1915 participó como pianista en el estreno de la gitanería "El amor brujo" de Manuel de Falla. El magisterio de Conrado del Campo es patente en sus primeros trabajos sinfónicos: "La ajorca de oro" y "Zoraida" estrenados en 1918 por la Orquesta Sinfónica de Madrid bajo la dirección de Enrique Fernández Arbós y "Cuadros" estrenado al año siguiente por Bartolomé Pérez Casas con la Orquesta Filarmónica. No obstante, sus evidentes dotes para la orquestación se centraron en el repertorio lírico, en el que abanderó -con Jacinto Guerrero, Francisco Alonso, Pablo Luna, Amadeo Vives, José Serrano y Pablo Sorozábal, principalmente- la pervivencia de la zarzuela en las primeras décadas del siglo XX. También destacan en su catálogo las composiciones para guitarra, dedicadas en su mayoría a Andrés Segovia.

En 1924 se casó con Pilar Larregla, hija del compositor navarro Joaquín Larregla. Fueron padres de dos hijos, Mariana y Federico Moreno-Torroba Larregla, éste último también compositor y coautor junto a su padre de conocidas obras musicales.

Un año después, el 14 de febrero de 1925, estrenó en el Teatro Real la ópera "La virgen de mayo", última obra que se programó en el coliseo regio antes de cerrar sus puertas por ruina. De esa década de los 20 son sus primeros éxitos como autor de zarzuela: "La mesonera de Tordesillas" (1925), "La Mari-Blanca", "La pastorela" (1926) y, sobre todo, "La marchenera" (1928). También fue crítico musical del diario "Informaciones" (1925-1935).

Después de haber regentado durante un lustro el Teatro de la Zarzuela, merced al dictador Primo de Rivera, en 1930 se hizo cargo del Teatro Calderón que se convirtió en sede del proyecto Teatro Lírico Nacional del Gobierno de la II República. Su consagración como compositor tuvo lugar aquí, con el estreno de la comedia lírica en tres actos "Luisa Fernanda" (1932) con texto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Un año después presentó las zarzuelas "Xuanón" y "Azabache" en el mismo teatro. Con los citados libretistas alcanzó otro éxito considerable, "La chulapona" (1934), también en el Teatro Calderón. Ese mismo año fue nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en 1936 estrenó el sainete "La boda del señor Bringas o Si te casas la pringas".

Tras la guerra civil española, con el declive de la zarzuela, los estrenos fueron a menos, por lo que la producción de Moreno Torroba, como la de otros autores del momento, derivó hacia la revista. Aun así, se pueden reseñar algunos títulos como "Maravilla" (1941) luego llevada al cine, "La Caramba" (1942), "La niña del cuento" (1944), "Lolita Dolores" (1946), "La canción del organillo" (1949) y "María Manuela" (1957), entre otros. Desempeñó el cargo de presidente de la Sociedad General de Autores de España (1974-1982) y el de presidente de la Academia de Bellas Artes (1978-1982).

Con 89 años todavía escribió su segunda ópera, "El poeta", basada en la vida de José de Espronceda, por iniciativa del tenor Plácido Domingo, que fue quien la estrenó en el Teatro de la Zarzuela el 19 de junio de 1980. Dos años después, el maestro Moreno Torroba falleció en Madrid.

Siempre dentro de su característico estilo casticista, además de los títulos sinfónicos y líricos mencionados, fue autor de música para ballet como "Don Quijote" (1982, coreografía de Luis Pérez Dávila), canciones, piezas para piano, y un importante número de obras para guitarra sola, conjunto de guitarras y guitarra y orquesta, muchas dedicadas a guitarristas de fama internacional; entre ellas destacan: "Suite castellana" (1920), "Danza castellana" (1922), "Sonatina en La" (1923), "Burgalesa" (1928), "Madroños" (1929), "Piezas características" (1931), "Madrileñas", "Sonata-fantasía" (1953), "Suite miniatura" (1957), "Concierto de Castilla" (1960), "Concierto en flamenco", "Homenaje a la seguidilla" (1962), "Aires de la Mancha" (1966), "Castillos de España" (1968-1978), "Tríptico" (1973), "Ocho preludios" (1974), "Puertas de Madrid", "Diálogos entre guitarra y orquesta", "Ráfagas", "Concierto ibérico", "Estampas" (1976), "Doce interludios" (1980), "El sueño de Dulcinea" (1986) y "Seis preludios" dedicados a Andrés Segovia (1982); también escribió el concierto para piano y orquesta "Fantasía castellana" (1980).