Gianpietro Caraffa nació en Capriglia Irpina (Avellino, Italia) el 28 de junio de 1476 en el seno de una familia de la alta nobleza napolitana. Esta posición social le permitió desde muy pronto ir escalando en su carrera eclesiástica, en la que fue iniciado por su tío, el cardenal Oliviero Caraffa. Entró como camarero del papa Alejandro VI en la Curia Romana en 1500. Posteriormente, en 1503 ascendió al puesto de protonotario apostólico durante el papado de Julio II, y en 1505 llegó a ser Arzobispo de Chieti. Durante el pontificado de León X actuó como nuncio apostólico en España e Inglaterra, hasta que el 1518 fue transferido al Arzobispado de Brindisi.

En 1524, el entonces papa Clemente VII le autorizó a renunciar a sus privilegios y beneficios eclesiásticos para ingresar en el “Oratorio del Amor Divino” de Roma, donde conoció a san Cayetano de Thiene con quien fundó la Orden de Clérigos Regulares o Teatinos.

El papa Pablo III convocó a Carafa, y en diciembre de 1536 lo ordenó cardenal. Su carrera continuaría evolucionando, hasta que en 1549 fue nombrado Arzobispo de Nápoles, pero delegó el gobierno de su diócesis a obispos auxiliares para atender sus ocupaciones en la Curia Romana, donde se distinguió tanto por su intransigencia contra las ideas protestantes como contra los reformistas del interior de la Iglesia. En este sentido, fue promotor del Índice de libros prohibidos, publicado al inicio de 1559.

El 1 de mayo de 1555 fue elegido en cónclave como Sumo Pontífice, eligiendo el nombre de Pablo IV. Su papado estuvo marcado por dos grandes políticas; por un lado, en el aspecto temporal, pese a ser un fiel luchador contra la Reforma, era enemigo político del Emperador Carlos I, y realizó alianzas con Francia en contra de los intereses del monarca hispánica y emperador.

En lo que se refiere a política religiosa, por un lado luchó activamente contra la Reforma, limitando la edición de obras literarias y de obras religiosas en lenguas vernáculas. Por otro lado, llevó a cabo procesos inquisitoriales contra obispos y clérigos de la rama espiritual, que se aproximaban a los preceptos reformistas. También fue un período de medidas antijudaicas en Roma, creando el Gueto de la ciudad y obligando a vestir de forma distintiva a los judíos, a vender sus propiedades y sufriendo persecuciones en los Estados Pontificios.

Pablo IV murió el 18 de agosto de 1559 en Roma.