Periodista, escritor y político, exiliado español.

Su familia era de tradición liberal, lo cual influyó sobresalientemente en su ideario político posterior. En 1907 se licenció en Derecho por la Universidad de Valladolid y ese mismo año falleció su padre, Eladio de Lezama, gobernador de diversas provincias españolas en la Primera República y al que sucedió en su trabajo como redactor de El Liberal. A su vez cofundó con Pedro Gómez Hidalgo La Hoja de Parra y ocupó la dirección de El Libro Popular. También fue autor de novelas históricas como Los caballeros de Alcántara. En las tierras de odio y sangre, y de obras de teatro como Isla Perdida. Con la Primera Guerra Mundial apoyó al bando francófilo y publicó diversos artículos entre los que descubrió un caso de espionaje alemán en Cartagena. Se ofreció a su vez al Real Aero Club de España como piloto de guerra aliado. Entre 1918 y 1919 trabajó junto a Luis de Oteyza en el proyecto del periódico La Libertad, identificado con el radical socialismo y desde el que combatiría a la dictadura de Primo de Rivera. Esto le llevó a la cárcel en diversos periodos a raíz de su actividad en sucesos como la Sanjuanada de 1926 y la Sublevación de Jaca de 1930. Sus periodos en prisión, donde estrechó lazos con entre otros Marcelino Domingo o Largo Caballero, fueron muy importantes para finalmente colaborar en la creación del Partido Republicano Radical Socialista. Con dicho partido se presentó a las elecciones de 1931 por Madrid, aunque terminó renunciando a este puesto por su amigo Manuel B. Cossío. En la Segunda República centró su actividad en el intento de fundar una Comisaría de Propaganda y Cultura que dependiera del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. A lo largo de la Guerra Civil luchó como comisario de batallón de una brigada internacional y logró ascender a comisario inspector de la Sexta División en Madrid y posteriormente a director de la Escuela Superior de Comisarios de Guerra del Ejército del Centro. Tras el fin del conflicto bélico buscó auxilio en la embajada chilena en Madrid, donde elaboró con otros compañeros el periódico El Cometa y la revista Luna. Tras año y medio refugiado en dicha sede, finalmente en 1941 se exilió a Chile. En dicho país comenzó a trabajar para la empresa La Hora S.A y en 1945 logró el título de socio de honor del Centro Republicano Español en Chile, al ser nombrado por José Giral, representante honorífico de la República Española en el Exilio para esta institución. En los años cincuenta dirigió el Seminario de Investigaciones Hispánicas-Hebreas, el cual dependía del Departamento de Cultura de la Comunidad Israelita Sefardí de Santiago de Chile. También trabajó para la emisora radiofónica La Hora de España y como guionista para la emisora La Verdad. Sobre 1969 creó junto a Margarita Xirgú y otros exiliados españoles la Escuela Nacional de Teatro en Chile. En 1970 regresó a España, aunque en enero 1971 falleció en su casa familiar.