Actualmente sólo se conserva la Iglesia, llamada de la Merced, edificada sobre la antigua ermita de Belén, en una colina existente junto al palacio ducal. Formó parte del convento de frailes mercedarios descalzos establecidos en Sanlúcar en 1615, bajo el patronato de los duques de Medina Sidonia. Por orden de la Duquesa Dña. Juana de Sandoval, hija del Duque de Lerma, el administrador de los bienes, Fernando de Novela, había adquirido varias huertas, Los Laureles Y San Antón, para dotar de recursos al convento en el momento de la fundación.

En la escritura los duques quedan como patronos perpetuos del convento, convento que sería además su lugar de enterramiento y quedando los religiosos obligados a la celebración de misa diaria en favor de los benefactores.

Entre 1616 y 1625 se construyeron el convento y la iglesia, en esta última se ubica el panteón familiar, que fue situado bajo el Altar Mayor. Sigue las corrientes artísticas del primer barroco sevillano, siendo sus autores Alonso de Vandelvira (planta) y Juan de Oviedo (alzados, decoración retablos y rejas).

El convento desarrolla su actividad hasta al menos hasta, el 19 de agosto de 1835, cuando tal convento quedó definitivamente clausurado tras la Desamortización. A partir de 1837, cuando el convento empezó a servir de cárcel real.

La iglesia albergó culto católico desde su fundación hasta los años 1960. En la década de 1980, tras años de abandono y expolio, su propietaria Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, XXI Duquesa de Medina Sidonia, lo cedió al Ayuntamiento de Sanlúcar para usos culturales. En la década de 1990 el edificio fue restaurado y desde entonces es Auditorio Municipal