El monasterio de la Victoria de El Puerto de Santa María se funda en una zona situada a extramuros de la ciudad medieval, hacia el noroeste, en el camino entre Cádiz y Jerez de la Frontera. Los duques de Medinaceli, establecen el lugar para el monasterio, como reza en una lápida fundacional situada a los pies de la iglesia, rodeado de las tierras de labor que en su origen serían atendidas por los propios monjes.

Será Don Luis de la Cerda (1443-1501), primer duque de Medinaceli, a instaurar las primeras relaciones con el padre superior de la orden de San Francisco de Paula Bernardo Boyl. El enfrentamiento del noble con los monjes de Santa María la Real de la Huerta, sostenedores de la causa sucesoria del otro hermano Iñigo de la Cerda, motivará a Don Luis a la fundación de este nuevo monasterio con el fin de crear un nuevo panteón ducal, el cual será entregado a la orden mínima.

Las obras iniciadas por los frailes de San Francisco de Paula, responden al prototipo de fundación abacial de los monjes blancos de San Bernardo. Las obras del monasterio de la Victoria se iniciaron el 7 de junio de 1504, entregándose oficialmente a la orden de los Mínimos el 12 de octubre de 1517.

El nuevo duque Juan de la Cerda (1485-1544) seguirá con el proyecto de construcción de La Victoria patrocinado por su padre, llevando a cumplimiento la labor fundadora.

Esta fundación monacal tendrá una larga vida de más de tres siglos que terminará con la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX.