En 1505 los trinitarios llegan a Ronda en posesión de una "Carta de Privilegio" de la Reina Juana cumpliendo los deseos de sus padres, los Reyes Católicos, para que se hiciera una fundación de la orden en aquel lugar.

Habían pasado pocos años desde que se reconquistara la zona y, aparte de repartir la tierra entre sus nuevos pobladores, deseaban que hubiera una fuerte presencia de casas religiosas.

Se instalan en un monasterio junto a la ermita de la Virgen de los Remedios al borde del rio Tajo. Permanencen allí unos años pero antes de acabar el siglo se plantea la posibilidad de hacer un traslado ya que la casa que ocupan se conserva con dificultad y ya presenta un estado que hace dificil su ocupación.

Ya en 1593 la mayoria de la comunidad trinitaria se ha ido instalando en un nuevo convento que poseen en la calle Real, dentro de la ciudad.

Para el año 1594 ya habían abandonado el monasterio del Tajo quedando en ella únicamente un monje que trataba de mantener la casa en el mejor estado posible.

En 1607 los trinitarios estaban totalmente instalados. Cedieron de forma definitiva la antigua residencia del Tajo a la rama descalza de su orden que también habian formado una comunidad en la población.

En su nuevo convento levantan además una nueva iglesia muy espaciosa y presidida por la Virgen de los Remedios que se habían traido con ellos en la mudanza.

Así permanecerían hasta la llegada de los decretos de exclaustración. Empezaron a aplicarse en 1835 pero los trinitarios de Ronda resistieron hasta las definitivas aplicaciones de los años 1836 y 1837.

Durante unos años, tras el abandono del convento por la orden trinitaria, se daría el uso de escuela al edificio mientras que la iglesia seguía en pie al menos hasta 1940, a partir de entonces sólo se conservaría la espadaña que también acabaría siendo derruida años después.