El Convento de Nuestra Señora del Carmen de Sádaba fue fundado en 1603. La iniciativa de la fundación había partido del concejo de la villa, que también asumió el patronazgo de la comunidad. Hasta 1607 el convento mantuvo un pleito con el Obispado de Pamplona, que se oponía a su existencia. El edificio no terminó de construirse hasta la segunda mitad del siglo XVII.

El convento ofrecía clases de gramática a los estudiantes de la villa y también disponía de un lector de filosofía, aunque los frailes se dedicaban principalmente a la predicación, la confesión y la asistencia a los enfermos. A lo largo de su historia, el número de frailes osciló entre los 6 y 17.

El edificio del convento fue demolido por el conde de Sopat durante la Guerra de Sucesión (1701-1714) para evitar que cayese en manos de las tropas austracistas. Los frailes tuvieron que residir en la calle Mayor entre 1706 y 1714 y en la calle Barrio Verde entre 1714 y 1719. El convento se reedificó a partir de 1719 gracias a las limosnas de los vecinos de la villa y a la concesión de dos títulos de Castilla por parte de la Corona, pero la reconstrucción no se terminó hasta 1751. El 24 de octubre de 1787 el convento también sufrió una inundación debido a una crecida de las corrientes de agua, aunque los daños no fueron graves.

A principios del siglo XIX el convento llegó a contar con una renta de 45.477 reales de vellón. Durante el Trienio Liberal (1820-1823) fue cerrado por la Real Orden de 9 de mayo de 1821 sobre el arreglo de conventos de la provincia de Aragón, en cumplimiento de la Ley sobre monasterios y conventos de 25 de octubre de 1820. El convento fue suprimido definitivamente por los decretos de exclaustración de 1835.