Institución
Carmelitas (rama masculina)Formas paralelas (otros idiomas) Otras formas
1209
El origen de la orden carmelita se encuentra en un grupo de eremitas que se reunieron en una iglesia con la advocación de la virgen, situada en el monte Carmelo (actualmente Israel). Los eremitas seguían en un principio el modelo de Elías, pero pronto piden a Alberto, patriarca de Jerusalén, que les redacte una regla, que les es entregada en el año 1209. Posteriormente el papa Honorio III aprobaría dicha regla en 1226. Debido a los ataques musulmanes, la orden comenzó a huir de su asentamiento original, extendiéndose a Europa (Chipre, Messina, Marsella) y siendo Valenciennes en 1235 la primera fundación en el continente.
A su llegada a Europa contaron con la oposición de gran parte del clero, y con la necesidad de reformarse debido al surgimiento de las órdenes mendicantes, muy distintas de antiguo monaquismo. Así pues, a instancia de San Simón Stock, prior general, el cardenal Hugo de San Caro y Guillermo, obispo de Tantas, redactan una nueva regla en la que continuaban con sus raíces contemplativas, pero aceptaban determinados rasgos mendicantes, como el apostolado. La regla fue aprobada por Inocencio IV, mediante la bula Quae Honorem de 1247. En 1317 Juan XXII equiparó los privilegios de los carmelitas con el de los franciscanos y dominicos.
El Capitulo General de 1256 establece la creación de conventos en España. Realizándose las primeras fundaciones en Cataluña y Aragón, y extendiéndose al resto de España a lo largo del siglo XIV. Pronto España cobra importancia en la orden, y vemos que en 1334 se celebra un Capítulo General en Barcelona, donde incluyen una denominación mariana al nombre de orden, resultando: Hermanos de la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo. También obtienen en el siglo XIV sus primeros Estudios Generales, fundados en Barcelona en 1333.
Los siglos XV y XVI fueron tiempos de cambio para la orden, ya que surgieron los movimientos observantes que pretendieron reformar la relajación de costumbres en los conventos. El primer convento carmelita reformado fue el de Girone en Suiza, obra de fray Tomás Connecte (1425). En España la reforma fue emprendida en 1562 por Santa Teresa de Jesús que funda el monasterio femenino de San José, en 1567 que obtuvo la licencia del superior general, padre Rubeo, para hacer lo mismo con la masculina, resultado de lo cual, fue fundado el convento de Duruelo (Avila) en 1568 donde se encontraba Juan de Santo Matía, que pasaría a la historia como San Juan de la Cruz. En 1586 Sixto V convierte a los descalzos en una congregación independiente, posteriormente, una bula de 20 de diciembre de 1593, promulgada por Clemente VIII, separa definitivamente a calzados de descalzos.
El siglo XVIII fue donde se vivió el máximo apogeo de los carmelitas calzados en España, teniendo la orden en 1765, 46 provincias, 782 conventos, 15.000 miembors y 103 monasterios de monjas. El siglo XIX trajo a España una serie de avatares políticos que afectaron al conjunto de órdenes religiosas españolas, cuyos conventos fueron exclaustrados en varias ocasiones y sus bienes desamortizados. En 1808 José I Bonaparte se sentaba en el trono español y estallaba la Guerra de la Independencia (1808-1814), en este periodo las órdenes religiosas fueron suprimidas a partir de un Real Decreto de 1809, muchos carmelitas abandonaron sus conventos, los cuales fueron destrozados por la guerra, a la vez que era expoliado su patrimonio.
Con la vuelta de Fernando VII al trono las órdenes religiosas fueron rehabilitadas y los conventos devueltos, pero en 1820 el pronunciamiento de Riego trajo el Trienio Liberal (1820-1823) durante el cual se promulgó la Ley sobre monasterios y conventos, por la que muchos conventos fueron exclaustrados de nuevo.
La restitución del reinado de Fernando VII hizo que se interrumpiese el proceso, pero varios años más tarde, en 1835 se produce un nuevo proceso de exclaustración que cierra definitivamente la práctica totalidad de conventos masculinos españoles. Posteriormente los bienes eclesiásticos fueron adquiridos por el estado y vendidos en subasta pública durante la llamada desamortización de Mendizábal. La orden carmelita fue reinstaurada en España antes de terminar el siglo XIX.
Real Decreto de 18 de agosto de 1809 disponiendo que todas las órdenes regulares, monacales, mendicantes y clericales existentes en los dominios de España queden suprimidas, según se expresa. BOE núm. 234, de 21 de agosto de 1809, páginas 1043 a 1044.
Ley sobre monasterios y conventos de 25 de octubre de 1820. BOE núm. 123, de 29 de octubre de 1820, página 544.
Real Decreto de 25 de julio de 1835 suprimiendo los monasterios y conventos de religiosos que no tengan 12 individuos profesos, de los cuales las dos terceras partes a lo menos sean de coro. Gaceta de Madrid núm. 211, de 29 de julio de 1835, páginas 841 a 842.
Real Decreto de 11 de octubre de 1835 suprimiendo los monacales. Gaceta de Madrid núm. 292, de 14 de octubre de 1835, página 1157.
Real Decreto de 9 de marzo de 1836 suprimiendo todos los monasterios, conventos, colegios, congregaciones y demás casas de comunidad o de instituto religioso de varones, inclusas las de clérigos seculares, y de las de las cuatro órdenes militares y S. Juan de Jerusalén, existentes en la Península, islas adyacentes y posesiones de España en África. Gaceta de Madrid núm. 444, de 10 de marzo de 1836, páginas 1 a 3.
PARES:ES.28079.AHN/5.1.3.0//CODICES,L.102
Martínez Ruiz, Enrique (dirección): Diccionario de historia moderna de España. I. La Iglesia.- Madrid, Ediciones ISTMO, 1998.
ALDEA VAQUERO, Quintín; Tomás MARÍN MARTÍNEZ; José VIVES GATELL. Diccionario de historia eclesiástica de España. Madrid: Instituto Enrique Flórez - CSIC, 1972-1987.