No se sabe cuando se fundó exactamente el Convento de Santa Engracia de Carbajales de Alba, pero se cree que fue en 1050, lo que lo convertiría en uno de los pocos conventos fundados antes de la gran unión de la Orden de San Agustín en 1256, El convento se levantó en una dehesa en las afueras de la villa donde había una ermita dedicada a Santa Engracia y se colocó bajo la advocación de esta santa. A principios del siglo XVI, el convento se colocó bajo el patronazgo de los Condes de Alba de Aleste y se trasladó al interior de la villa. Siguió conservando su advocación, aunque los vecinos de la villa le conocieron más por el nombre de San Agustín. En 1504, el convento se incorporó a la Congregación de la Observancia.

Los frailes del convento se dedicaban a la confesión y la predicación, tanto en la villa como en los pueblos de la jurisdicción, y a veces tenían que sustituir a los párrocos de los contornos. También explotaron eficazmente la abundante madera que producía la dehesa.

El convento solía tener entre ocho y doce frailes (entre los cuales había dos predicadores y dos confesores), pero después de la Guerra de la Independencia su número se redujo considerablemente. En 1834 sólo contaba con tres religiosos. El convento fue abandonado al año siguiente debido al Real Decreto de 25 de julio de 1835 suprimiendo los monasterios y conventos de religiosos con menos de 12 individuos profesos.