Institución
Monasterio de San Pedro de Ansemil (Silleda, Pontevedra, España)Formas paralelas (otros idiomas) Otras formas
desde 0919 hasta 1499
El monasterio de San Pedro de Ansemil fue mandado construir por Sisnando II de Iria, Obispo de Santiago de Compostela. Tal y como era costumbre en la época se fundó una residencia dúplice, es decir, habitada por monjes y monjas aunque con residencias independientes dentro del mismo edificio.
Durante los años siguientes, según la documentación existente, el monasterio recibiría importantes donaciones hechas por vecinos de las villas vecinas. Así obtienen, por ejemplo, la villa de Saidres o unas heredades que estaban dentro del coto del propio monasterio.
También sufriría, durante estos primeros años, las consecuencias de las incursiones árabes, especialmente en el siglo XI, y que llegaron a provocar el abandono del monasterio. En cualquier caso y gracias a las rápidas restauraciones pudieron volver a ocuparlo.
En el siglo XII desaparecería la comunidad femenina. El monasterio siguió funcionando con la rama masculina, al menos hasta el siglo XIII cuando ya hay constancia de una nueva comunidad femenina.
Aunque se desconoce el momento exacto, entre finales del siglo XIII e inicios del XIV, el monasterio, en este caso, fue abandonado por la comunidad masculina por lo que pasó a convertirse, ya de forma definitiva, en un monasterio de religiosas benedictinas.
En esa época volvieron a recibir donaciones, entre las que destacaría la fundación de una capilla funeraria dentro de la iglesia del monasterio hecha por Diego Gómez de Deza.
Hasta finales del siglo XV el monasterio resisitió aunque entró en decadencia. Este hecho vino a coincidir con la intención de reformar la orden y la vida en las casas que había surgido en Galicia.
Por todo esto se plantea un pleito contra la abadesa del monasterio, Isabel de Ulloa, que lo era tambien del Monasterio de Dozón, iniciando el proceso el prior Benito de Valladolid, reformador de la orden en la región.
El resultado fue que se declaró a la antigua abadesa en rebeldía por no acudir a las citaciones y, de este modo, pudo hacerse facilmente con el control sobre el monasterio.
Debido al tipo de vida relajada que llevaban las monjas en el monasterio, se decidió que tanto este como otros monasterio de la zona, hasta doce casas en total, se unificaran en una sóla en la que se reforzaría la obediencia y el respeto a la regla y se organizaría una vida más estricta y ordenada.
Todo ello ocurrió en 1499, concretamente el 7 de julio. En ese día las monjas de San Pedro de Ansemil se trasladaron al Monasterio de San Pelayo de Antealtares en Santiago de Compostela.
De este modo se abandonó en antiguo monasterio aunque sin que desapareciera la comunidad que lo había ocupado.
Sus bienes y propiedades pasaron a ser gestionados por la nueva casa madre de las benedictinas en Galicia.
Con los años desaparecería el monasterio pero al menos, incluso en la actualidad, se conservan los restos de la iglesia que perteneció a la casa benedictina de Ansemil.
PARES: CÓDIGO ES.28079.AHN/3.1.3.3.14//
MOURE PEN, Teresa C.: "Revisión histórico-documental en torno al antiguo monasterio benedictino de san Pedro de Ansemil", en Descubrindo: Anuario de estudios e investigación de Deza, nº 6 (2004) p. 87-108.
GARCÍA M. COLAMBÁS, M. B. Las señoras de San Payo. Historia, espíritu, vida. Historia de las monjas benedictinas de San Pelayo de Antealtares. Ediciones de la Caja de Ahorros de Galicia. Santiago de Compostela, 1980.
FREIRE CAMANIEL, José. El monacato gallego en la Edad Media. Fundación Pedro Barrié de la Maza. A Coruña, 1998.