El Consejo de la Villa de Vinaroz, estimó en la segunda mitad del s.XVI, que la población había alcanzado una importancia urbana suficientemente grande como para albergar un monasterio. En el año 1592, comenzaron las conversaciones con los monjes agustinos para lograr la fundación de un convento de la orden en la ciudad. En abril de 1594 el Padre Provincial de Aragón Fray Gaspar de Sahona, autoriza el asentamiento de

la orden en Vinaroz. Y el 21 de mayo, se hizo la toma de posesión en la ermita de Santa Magdalena.

En julio de 1594, se trasladan al nuevo convento, una casa situada extramuros y a orillas del mar. En 1595, están definitivamente asentados. Años después se usaría el topónimo Monestir de Vell, según nos dice un documento de 1615 de compra venta de una casa de la zona.

No obstante, el monasterio de los agustinos cambiaría de situación, ya que en 1599 compran una casa y un huerto al comerciante genovés Cosme Ferrer, logrando la autorización del Provincial Miguel Salom, para pagar 600 libras y cerrar la venta. En este nuevo emplazamiento, construirían el nuevo y definitivo convento.

Tuvieron que pasar varias décadas para lograr terminar la construcción. A raíz del nuevo convento se desarrollaron la Plaza de San Agustín, y la Iglesia de San Agustín, construida entre 1749 y 1762.

En 1820, en el Trienio Liberal, se ordenó la supresión de todos los conventos del ámbito nacional, así en 1821, tuvo que cerrarse el convento, auque la Iglesia de San Agustín, seguía oficiando misas. En 1823, Fernando VII devuelve los conventos, así el 3 de julio 1823, el Vicario General de la Orden del Reino de la Valencia, reclama la devolución del monasterio a los monjes agustinos, hecho que se hizo efectivo en la persona de Fray José Clarí. Aunque finalmente Juan Álvarez Mendizábal, Ministro de Hacienda, lleva a cabo la desamortización de los bienes eclesiásticos, a partir del Decreto de 11 de octubre de 1835, con lo que el convento es suprimido de manera definitiva.