El convento de carmelitas calzados de Medina del Campo fue fundado por la iniciativa del padre Diego Rengifo, natural Ávila, de familia noble, confesor de Carlos V y que buscó fundar un convento que a la vez funcionase como centro de enseñanza. El 7 de mayo de 1549 obtuvo un rescripto de la Sagrada Penitenciaría de Roma autorizando la fundación de colegio que albergase 12 escolares y cuatro criados dotando a la fundación con las limosnas recibidas por la predicación de la bula de Nuestra Señora del Carmen.

El siguiente permiso vino de los superiores de la orden carmelita, concretamente de Damián de León, vicario general, que firmó la autorización en Zaragoza el 26 de mayo de 1552. El padre Rengifo fue escogido rector perpetuo del colegio y obtuvo privilegios por el que no dependía de la autoridad provincial de la orden, si no que lo hacía directamente del general.

Para llevar a cabo la fundación se usaron unas cosas donadas por Rodrigo de Dueñas al padre Rengifo, cercanas a la ermita de Santa Ana. Algunas autores mencionan el hecho de que Carlos V podría haber participado en la fundación del colegio, otorgando la licencia cuando, de camino a Yuste, paró en Medina del Campo en el año 1556. Desde el siglo XV, Medina del Campo vivía un gran desarrollo debido a lo importante de sus ferias, llegando a tener en 1561, 15.000 habitantes, por lo tanto el convento contó con muchas ayudas y privilegios, sobre todo a través de la figura de su fundador.

El año 1835 el convento cerró definitivamente sus puertas tras la aplicación de los decretos de exclaustración de Mendizábal.