En torno al año 1273 se instala en Oviedo una comunidad de religiosas clarisas. Eligen una ubicación a las afueras de la ciudad, en el Camino de Santiago que pasaba por Oviedo y en el que se ira formando con los años el barrio conocido como Santa Clara.

Sobre estos solares levantan un nuevo convento que recibe privilegios reales desde su fundación. Así ocurriría con Sancho IV de castilla quien las exime de pagar impuesto y les otorga derechos para disponer de las heredades de aquellas mujeres que tomen los hábitos en esta casa.

A principios del siglo XVII el convento se había convertido en uno de los más importantes de Asturias y en él habitaban más de setenta religiosas. En cualquier caso la comunidad pasaba por penurias económicas según demuestra documentación encontrada que acredita que llegaron a recibir ayudas del Ayuntamiento de Oviedo, en forma de donación económica, para que pudieran salir adelante.

Ya en el siglo XIX las religiosas empiezan a tener conflictos por los terrenos que ocupaban. La zona en la que se encontraban había adquirido valor y había muchos intereses por apropiarse del enorme solar del convento.

Estos conflictos que van surgiendo ejercen presión sobre la comunidad de clarisas que, además, se verían afectadas por los decretos de exclaustración aplicados durante el gobierno de Mendizabal. En 1835 son exclaustradas y en 1837 se ven obligadas a marcharse. Serían acogidas en el Convento de la misma orden de Avilés en el que residen hasta 1847.

Durante estos años no dejaron de reclamar la propiedad sobre el convento y sus terrenos a pesar de que se habían dividido y comenzado a venderse. La huerta paso a ser propiedad del Ayuntamiento que la dio uso como feria de ganado y mercados.

En cualquier caso, en el año 1845, una Real Orden les restituye la propiedad y las religiosas pueden regresar a Oviedo dos años después.

Llegarían a recuperar sólo una parte de su antigua huerta y una parte del edificio indispensable para la residencia de las clarisas.

Años después, en 1864, solicitan a la reina Isabel II que les sean devueltas todas las posesiones y terrenos originales de su propiedad entrando el conflicto con el propio Ayuntamiento.

Esta situación se resuelve definitivamente en 1868. La situación planteada facilita una nueva exclaustración dentro de las leyes aplicadas en este mismo año.

Es entonces cuando, de nuevo y ya de forma definitiva, las clarisas de Oviedo dejan su convento para instalarse en la Concepción de Villaviciosa.

A partir de su marcha el edificio del antiguo convento comienza a ser utilizado para nuevos usos.

Sería cuartel hasta 1944 cuando se inician obras, que destruirían toda la estructura original, y que darían lugar al edifico que es, desde entonces, sede de la Delegación Provincial de Hacienda.

En el año 2006 la portada barroca, unico vestigio conservado, es declarada como Bien de Interés Cultural.