El convento de Santa Clara de Ribadeo en la provincia de Lugo, podría tener su origen en un beaterio en el S.XI. Se tiene constancia de su existencia desde 1366, cuando, según documentación conservada, Don Ruy Sánchez, arcediano de Santiago y canónigo de Mondoñedo dio 80 cortos para «faser o mosteyro de Santa Crara».

En un principio, sus religiosas no profesaron la regla de Santa Clara, sino, la dada por el Papa Urbano IV, hasta finales del s. XIV, que entraron a formar parte de la Regla de santa Clara.

El 12 de agosto de 1544, durante una celebración de la festividad de Santa Clara, un incendio estuvo a punto de hacerlo desaparecer, pudiendo ser sofocado, según cuentan las crónicas, gracias a la «milagrosa intervención de Santa Clara, que con las mangas de su hábito apagó las llamas».

En la segunda mitad del siglo XVI, se fundó una pequeña capilla bajo la advocación de San Pedro y en los siglos XVII y XVIII la comunidad era poseedora de buenas rentas, 23 casas, 7 caseríos, sotos, molinos, prados…

Continuaría su actividad, con normalidad, hasta la llegada de los franceses a Galicia, en 1809, con motivo de la Guerra de la Independencia, entonces tuvo que ser desalojado al ser ocupado, por estos como cuartel, sufriendo numerosos destrozos. En 1810, sería utilizado como hospital militar y posteriormente como albergue para enfermos transeúntes.

No se verían afectadas por las desamortizaciones del S.XIX, muy al contrario, este convento sería elegido, en la zona, para albergar a otras religiosas exclaustradas. En 1855 este convento estuvo a punto de desaparecer debido a una Real Orden que, no llegó a materializarse.

Si sufriría una serie de expropiaciones en 1870, perdiendo terrenos para la construcción de los hospitales de San Lázaro y San Sebastián.

Hoy en día continúa con su actividad.

La fábrica del edificio, sufrió profundas reformas a lo largo de su historia conservando como partes más antiguas la Iglesia del siglo XV y el claustro del XVIII.