El convento de santa Isabel de los Ángeles en Baza, provincia de Granada, responde a la política religiosa y conventual, que llevaron a cabo los Reyes Católicos tras la reconquista.

En el caso de esta comunidad, se desconocen las condiciones de su fundación original, pero en la documentación existente, ya es citado y se confirma su actividad en el verano de 1491, año y medio después de la conquista de Baza por los cristianos.

Como la rama masculina de esta Orden, el convento se beneficiaría del reparto, de tierras conquistadas. Así, contaría con propiedades rústicas, doce casas, un horno, un molino..

La primera ubicación, según las fuentes consultadas, debió darse en unas casas ya existentes, adaptadas para la comunidad, y con posterioridad, ocuparían en la calle Las Parras, el que fuera monasterio de franciscanos, en torno a 1531.

La política fundacional de la familia Enríquez en Baza y la política reformista de Cisneros, provocó que Enríque Enríquez y su esposa María de Luna, acabaran, contra su voluntad, siendo patronos y fundadores del nuevo convento de clarisas, que será el de Santa Isabel.

Enríquez había pedido Licencia papal para la creación de un convento de terciarias en la localidad, licencia que le fue dada, pero que fue paralizada por Cisneros, por ser contraría a su proyecto reformista, prefiriendo este, se encauzara la comunidad de religiosas observantes ya existente.

Así en 1504, le es otorgada a la familia Enríquez la potestad para construir el nuevo convento. Lo harán en 1532, a cambió de obtener el derecho de propiedad familiar, sobre la Capilla Mayor del templo anexo al cenobio.

El convento, durante la construcción de esta última ubicación sufrió las consecuencia del terremoto de 1531, produciéndose daños no sólo en las estructura sino también entre la comunidad, con la muerte de alguna religiosa.

La familia Enríquez, acataría su patronato y reconstruiría el inmueble en la conocida collación de Santiago, como citan las fuentes, hoy calle de las Monjas.

Este cenobio tuvo gran influencia en la ciudad y en la comarca, acogiendo a las hijas de las familias bastetanas más influyentes.

Desconocemos el momento concreto en el que fue exclaustrado, pero se vio afectado por las mediadas desamortizadoras, del S.XIX.

Este convento llega hasta nuestros días, por los distintos usos que posteriormente a su exclaustración tuvo. Fue asilo, acogió a la Comunidad de la Presentación y finalmente escuela.