El antiguo Monasterio de la Encarnación, de la ciudad de Albacete, tuvo su origen en un beaterio del siglo XV.

Este fue creado por doña Marina Álvarez Marco que, junto con dos de sus hijas, se retira a la vida contemplativa, en la que era su propia casa, junto a la iglesia de San Juan, hoy la Catedral. Poco a poco aumenta el número de damas a las que acogen y ya en el S.XVI, en torno a 1532, están ocupando unas casas que se localizaban en el solar, del actual convento.

Se convierte en Convento, acogiéndose a la Orden Tercera de San Francisco. Gracias a las limosnas y donaciones se finaliza la construcción del mismo y en 1557 se abre el templo.

Durante el S.XIX, con motivo de las medidas desamortizadoras, el convento es disuelto y el edificio pasa a ser de uso público. Las religiosas tienen que marcharse a un convento de Hellín en 1843.

Tras la clausura, una parte del edificio conventual se destinó a Casa de Maternidad, siendo atendido por las Hermanas de la Caridad. Y otra se destinó a Conservatorio de Música, siendo ambas instituciones dependientes de la, por entonces creada, Diputación Provincial. El templo fue destinado a iglesia parroquial con el título de la Encarnación, pero hacia mediados del siglo XX todo quedó vacío y en progresivo estado de ruina. Hasta que en 1982 se inició la reconstrucción a instancias de la Diputación Provincial albacetense, propietaria del conjunto, siendo destinado a diversos usos culturales, tales como la sede del Instituto de Estudios Albacetenses, y el Conservatorio de Música.