El convento de la Encarnación de Almería, más conocido como el de Las Claras, se localiza en la plaza de la Constitución, en origen Plaza Vieja. Tiene como patronos a Jerónimo Briceño de Mendoza, y a su esposa, Micaela de la Cueva.

El 24 de diciembre de 1590, Jerónimo Briceño, otorga testamento, donde ordenaba, que en caso de agotamiento de su linaje, se destinara buena parte de su renta a la fundación, en Almería, de un Monasterio de monjas profesas de la orden de Santa Clara, estableciendo un patronato y señalando que las primeras fundadoras habían de ser seis monjas procedentes del Monasterio de la Encarnación de Granada.

No sería hasta el 5 de julio de 1693, en que falleció Carlos Briceño Coloma, gobernador de Lodi, en el Milanesado, y Marqués de Villanueva de las Torres, sin descendencia legítima, cuando se cumpliera con el testamento citado. Aunque Carlos Briceño contaba con una hija legítima, esta no fue reconocida en la sucesión. Tras un pleito complicado, se constituyó el Patronato formado por el obispo, el deán de la catedral y el guardián de San Francisco de Almería, que logró la real cédula fundacional el 11 de enero de 1719.

A pesar de la diligencia, se administraron mal los recursos, y el arquitecto Simón López de Rojas, desvío parte del dinero recibido para otras obras, lo que retrasará 60 años la fundación.

Esta comunidad desarrollaría su actividad con normalidad, hasta que en el S.XIX, comienza a verse afectada, por la reordenación urbana de la ciudad, reducción de su estructura, primero de su portada renacentista para la creación de una plaza porticada y después con la ocupación francesa, se abrió en su huerto, la calle Ancha, actual calle Jovellanos.

En 1837, el convento será desamortizado, instalándose allí el Gobierno Civil y la Diputación Provincial, debiendo trasladarse por este motivo las monjas al convento de las Puras, la comunidad no regresaría a su edificio hasta el año de 1899.

Ya en el S.XX, durante la Guerra Civil Española, el convento fue incendiado. Del edificio original sólo quedaría la Iglesia, pues el convento actual se reconstruye durante la posguerra. Las monjas regresan en 1947 y, continúan con su actividad hasta ahora.