El convento de los trinitarios se funda, originariamente, a las afueras de Coín y gracias a la reina Juana I de Castilla, en al año 1505, bajo la advocación del Santo Cristo de la Veracruz.

Durante más de un siglo permanecerían en esta ubicación superando dificultades como el intento de extinción del convento en 1543 por la extrema pobreza en la que vivían. A pesar de los trámites del escribano público los monjes consiguieron continuar en el convento gracias a las peticiones y súplicas de uno de los miembros de la comunidad religiosa, Juan de Chirinos.

Entrado ya el siglo XVII, las condiciones de insalubridad del terreno en el que se encontraban obligan a los trinitarios a intentar buscar una nueva ubicación para su convento.

En 1660 consiguen casa dentro del pueblo de Coín, junto a una iglesia de la que solicitaron poder hacer uso conservando la advocación de La Santa Vera Cruz.

Así permanecieron hasta el año 1835 cuando, debido a la aplicación del Real Decreto de 25 de julio que llevaba a la supresión de todos los monasterios y conventos de religiosos con menos de 12 individuos profesos, debieron abandonar el convento que quedaría convertido, durante un tiempo, en fábrica de telares.

Después de eso quedaría vacio durante unos años más hasta que es nuevamente ocupado por otra comunidad de religiosos, en esta ocasion de los hermanos franciscanos. Vivieron en él durante casi un siglo mantieniendo el conjunto y transformando parte del antiguo convento en escuela.

Iniciada la Guerra Civil el convento se vería seriamente afectado. En primer lugar se aplicó un decreto publicado en La Gaceta del 13 de agosto del mismo año de 1936 por el que se ordenaba el cierre de aquellos conventos cuyas órdenes hubieran apoyado la insurrección militar. Sería en sesión del Ayuntamiento de Coín del día 18 del mismo mes y año cuando se decidió expulsar a la comunidad franciscana para convertir la iglesia en cuartel de milicias, por un lado, y mantener el convento como escuela pública, por otro.

No se llegaron a cumplir estas asignaciones ya que las revueltas que se produjeron en el pueblo en el mismo año de 1939 llevaron al saqueo y destrucción, causados por un incencio, del conjunto conventual.

Pasados los años, ya en la década de los 70, sólo quedaba en pie la Torre Triangular del antiguo convento. El resto del edificio había sido derruido por el lamentable estado en el que se encontraba y el peligro que suponía dentro de la población.

Se realizaron obras básicas para que no desapareciera esta torre que perduraron hasta el año 1998 cuando se restauró por completo. Es el único rastro que queda del antiguo convento.