En el año 1591 llegan a la villa de Dosbarrios los monjes de la orden trinitaria. Bajo la promesa de la fundación de un convento, Pedro de Mora y María de Hervás, les hacen llegar hasta el pueblo y les donan una casa para que se instalen.

La casa era incómoda y pequeña pero gracias a las limosnas de los vecinos los monjes consiguen, aparte de mantenerse, adquirir algunas nuevas casas alrededor de la primera.

Logran edificar la iglesia que queda inaugurada en 1603 cuando en el mes de marzo trasladan a esta el Santísimo Sacramento.

Van completando las obras tanto de la iglesia como del convento hasta que en 1698 se considera todo el conjunto terminado.

Durante la Guerra de Independencia sufrieron grandes daños y pérdidas. Gran parte de su patrimonio artístico al igual que la biblioteca desaparecen casi por completo.

Al llegar los decretos de exclaustración de Mendizabal de 1835 el convento ya esta en mal estado y casi sin patrimonio.

Se ven obligados a abandonar la casa aunque la iglesia continuará siendo utilizada como parroquia del municipio al menos hasta 1841.

Después de este año el estado de ruina del conjunto hará que se abandone cualquier uso.

En 2013 el ayuntamiento de Dosbarrios proyecta la edificación, tras su completa remodelación y restauración, de un nuevo espacio de uso civil. El antiguo convento queda como centro cultural del municipio.