Convento bajo la advocación del Corpus Christi y que sigue la regla de Santo Domingo de Guzmán. Fundado en 1545 por Ana Boniseni, quien profesó más tarde en él, en unas casas que tenía en el barrio de San Lorenzo. El convento ha tenido varias ubicaciones a lo largo de su historia. Se trasladó brevemente a Simancas por falta de espacio aunque pronto volvió a Valladolid a la zona del Pradillo de San Sebastián. A principios del siglo XVII se trasladaron al antiguo convento de las Descalzas Reales en la Acera de Recoletos. Durante la Guerra de Independencia fue utilizado como cuertel por las tropas francesas, mientras que las religiosas hubieron de recluirse en el convento de San Felipe de la Penitencia. En 1830 fueron exclaustradas aunque en 1853 pudieron volver a la vida conventual. La Revolución de 1868 supuso una nueva clausura del convento y, nuevamente en 1876 las monjas recibieron la restitución de la propiedad. Las malas condiciones del edificio obligaron a la construcción de un nuevo edificio en 1884 que corrió a cargo del arquitecto Pablo Luis Redondo.