El convento-hospital de la Vera Cruz de Porcuna fue fundado en 1600 por los frailes hospitalarios de San Juan de Dios, encabezados por fray Pedro de Úbeda, y fray Gonzalo Pecador, que dieron servicio en el Hospital de la Coronada, junto a la parroquia. El hospital no tenía rentas, ni limosnas, y ante esta situación de abandono, la villa de Porcuna solicitó a la orden su establecimiento en el lugar. Tras iniciar su labor, se trasladaron en 1602 al Hospital de la Vera Cruz, una casa con mayores comodidades para llevar a cabo la asistencia a enfermos y pobres.

El nuevo hospital contaba con una buena enfermería, doce camas, donde se trataban todo tipo de enfermedades, al cuidado de seis religiosos, que auxiliaban a unos 150 enfermos al año. Además, se construyó una iglesia junto al hospital, para poder administrar también los sacramentos.

Finalmente, como la mayoría de conventos hospitalarios de San Juan de Dios, fue suprimido en 1835 por las leyes desamortizadores de Mendizábal.