Don Celestino Montejo y Aguilera, destinado en Filipinas, pasa a Puerto Rico como jefe de negociado de la Administración Económica y más tarde como secretario de la Intendencia de Hacienda de la isla. En 1879, su viuda, doña Cecilia Josefa Pérez y Fernández, solicita y obtiene pensión de Montepío. (Este expte. continúa hasta el nº 3)