Ordena que conceda licencia para viajar a España, en cualquier navío que salga para este reino o el de Francia, al doctor don Fernando Ignacio Arango Quypo [sic], cura que dice ser de la iglesia metropolitana de esa ciudad, catedrático de prima de ella y visitador general de ese arzobispado, una vez que haya renunciado el referido curato.