Manuel Pedro Díez, alguacil de la Real Casa y Corte, relata a la Junta Suprema que permaneció en la ciudad de Toledo dos meses recuperándose de unas heridas, y allí fue testigo de la subasta pública que hicieron los franceses de las alhajas robadas en Madrid y otras partes, y dónde se enterraron y tapiaron muchas de ellas, por lo que se ofrece a colaborar en su recuperación cuando los franceses abandonen la ciudad.
Forma parte de una agrupación documental con correspondencia entre la Junta Provincial de Toledo y la Junta Central.
Signatura Origen: Procede de ESTADO,83,I