Esta pintura representa, con gran realismo, una escena del levantamiento del 2 de mayo contra los franceses que habían ocupado la Península. Los insurgentes españoles atacan a los mamelucos, mercenarios egipcios, que luchan a favor del Ejército invasor.
La violencia de la lucha entre los dos bandos, la tensión de los cuerpos, el movimiento de los caballos, las armas...
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