El fracaso del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 de derrocar al gobierno del Frente Popular y, a su vez, la imposibilidad de este de reducir la sedición en todo el territorio nacional implicó que los militares sublevados creasen la Junta de Defensa Nacional, el 24 de julio de 1936, para poder ejercer la soberanía sobre el país que habían podido dominar. Esta Junta se arrogaba todos los poderes del Estado. El 28 de julio ratificaba el Bando que declaraba el Estado de Guerra y sometía a la Jurisdicción de Guerra todo lo relacionado con el orden público o a la falta de auxilio a las autoridades militares. De igual manera, se arrogaba la soberanía del España ante la comunidad internacional.

Esta Junta militar, presidida por el general de división Miguel Cabanellas Ferrer, esta formada por el general de división Andres Saliquet Zumeta, los generales de brigada Miguel Ponte y Manso de Zúñiga, Emilio Mola Vidal, Fidel Dávila Arrondo y los coroneles Federico Montaner Canet y Fernando Moreno Calderón. Las disposiciones de la Junta se publicaban en el Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España.

La Junta se autodisolvió el 29 de septiembre de 1936, nombrando jefe de Gobierno del Nuevo Estado Español al general Francisco Franco Bahamonde, a la par que se le nombraba Generalísimo de las fuerzas militares del bando sublevado y General Jefe de los Ejércitos de Operaciones.