Real Orden Circular determinando la franquicia, tanto a nacionales como extranjeros, de los depósitos puramente literarios que existen en los archivos del reino, publicada en la Gaceta de Madrid el 24 de abril de 1844.

Ante las peticiones de investigadores españoles y extranjeros para poder consultar la documentación depositada en los archivos históricos, el Ministerio de la Gobernación elevó una consulta a la reina Isabel II y se tomó la determinación de abrir estas instituciones al público especializado. La Real Orden circular recogía una serie de providencias para el correcto uso de los depósitos históricos. Además de ser obligatoria la consignación de los investigadores y usuarios que accedieran a los depósitos, así como la documentación consultada y transcrita, se establecían una serie de límites de acceso a la documentación por razones de cronología y contenido.

En 1889, por Real Decreto de 2 de julio, se aprobó la Instrucción de los Archivos de Hacienda (publicado en la Gaceta de Madrid el 5 de julio de 1889) y en 1901 se aprobó el Real Decreto de 22 de Noviembre por el que se aprobaba el Reglamento para el Régimen y Gobierno de los Archivos del Estado y que estuvo vigente hasta la publicación del Real Decreto 1708/2011, de 18 de noviembre, por el que se establece el Sistema Español de Archivos y se regula el Sistema de Archivos de la Administración General del Estado y de sus Organismos Públicos y su régimen de acceso.