Prisión proyectada en 1931 por iniciativa de Victoria Kent para "prisión modelo" de mujeres bajo los principios de una doctrina penitenciaria humanitaria y educadora. El objetivo de Victoria Kent, Directora General de Prisiones, era adecuar el edificio con las nuevas teorías correccionalistas de la época y terminar de esta forma con las antiguas "galeras" cuya gestión correspondía al personal religioso.

El 11 de mayo de 1932 se nombró a las treinta y cuatro mujeres que conformarían el cuerpo femenino de funcionarias de prisiones. El 31 de agosto de 1933 se procedió a la entrega del edificio, acto al que acudió Victoria Kent, el alcalde de Madrid Pedro Rico, El Subsecretario del Ministerio de Justicia Leopoldo García-Alas y el arquitecto Manuel Sainz de Vicuña Camino.

Estaba situada entre las calles Marqués de Mondéjar y Nueva del Este (hoy Rufino Blanco) del Barrio de la Fuente del Berro, en Madrid. Sustituyó a la antigua Prisión Provincial de Mujeres de Madrid de la Calle Quiñones y a la Prisión Central de Mujeres de Alcalá de Henares.

Tras la revolución de octubre de 1934, con el llamado "bienio negro", la prisión se abarrotó de presas militantes de partidos políticos y sindicatos a causa de la represión gubernamental.

Con la llegada de la guerra civil, desde el 24 de julio de 1936 la cárcel empezó a integrar a varones, mientras que las reclusas mujeres abandonaban la prisión. En ese momento se produjeron las primeras "sacas", donde los presos eran supuestamente desplazados a otras cárceles y sin embargo morían asesinados por las milicias.

Tras la Guerra Civil recibió a un gran contingente de presas políticas. En mayo de 1940 se produjo la entrada a las Ventas de la orden religiosa las Hijas del Buen Pastor, dedicándose a labores de administración y vigilancia.

En enero de 1941 fue clasificada como Prisión Central (de cumplimiento de condena), convirtiéndose en 1944 en Prisión Provincial de Mujeres de Madrid, denominación que mantuvo hasta su clausura.

A lo largo de los años cuarenta esta prisión se convirtió en un foco muy importante de lucha contra la dictadura franquista, al igual que la cárcel de Burgos en el caso de los varones. Destacó la reivindicación de una oficina de penadas por parte de la dirigente comunista Matilde Landa.

Alrededor de 1953 las presas comunes formaban una amplia mayoría en relación con aquellas que ingresaron por motivos políticos. Desde los sesenta del siglo XX el edificio se encontraba en una situación muy deteriorada y albergaba en buena parte presas comunes. Finalmente en 1969 dejó de funcionar siendo clausurada. En 1972 se demolió el edificio sede de la cárcel.