Rejero, platero, arquitecto y escultor del Renacimiento español. Es una figura destacada del arte renacentista en España, en especial en su aspecto decorativo y escultórico.

Ceán lo considera hijo de Pedro de Andino, rejero que trabajó en la Catedral de Sevilla, pero algunos historiadores cuestionan este vínculo por la datación de sus obras más relevantes y por la previa existencia de plateros con su apellido en Castilla, aunque no descartan una relación familiar.

La perfección, habilidad y belleza con que trabajó la plata y los metales le permitieron contribuir decisivamente a la modificación de la técnica y la forma tradicional del arte de la rejería, al que trasladó sus conocimientos. Al menos desde los años treinta del siglo XVI vivió regularmente en Burgos, donde mantuvo un taller en el barrio de San Cosme y San Damián considerado por Aurelio Barrón foco principal de irradiación de la decoración renacentista en Burgos, en el que adquirieron su formación maestros conocidos como Juan de Montpellier, Pedro Flamenco, Pedro de Izarra, Francisco de Astudillo o Alejo de Salamanca. Es considerado el mejor rejero de su tiempo.

La primera obra suya de la que se tiene noticia es la reja de la capilla mayor de la Catedral de Burgos realizada en 1520 que no se conserva, a la que sigue la reja de la Catedral de Palencia, contratada en 1520 e instalada a finales de 1522 que introduce la novedad de las columnas balaustrales, elemento que posiblemente hubiera podido utilizar ya en otras obras anteriores desparecidas o desconocidas, dado el grado de virtuosismo. Según Diego de Sagredo, Andino fue el primero en sustituir el barrotaje torso de las rejas del Gótico por uno nuevo balaustral, inspirado en los grabados del Renacimiento incorporados desde principios de siglo a la decoración por canteros y plateros. Se inaugura una nueva forma de trabajo en la que, en palabras de Concepción Porras "cada balaustre tiene la calidad de una escultura". Las rejas dejan entonces de concebirse como elementos de cierre y pasan a considerarse portadas arquitectónicas que se abren a un espacio privado. La más famosa de sus obras es la reja de la Capilla de los Condestables o de la Purificación de la Catedral de Burgos, colocada en 1523, que labró de forma consecutiva a la anterior y es considerada una obra maestra de la rejería española. En 1524 el protonotario apostólico Gozalo Díez de Lerma le encargó la reja de la Capilla de la Presentación. En 1525 ejecutaría un cuerpo balaustral y un pie de cirio pascual para la misma catedral.

En 1532 el Almirante de Castilla, Fadrique Enríquez, le encargó una reja para la capilla mayor del Monasterio de San Francisco de Medina de Rioseco, donde tenía su enterramiento. Andino dirigió y ejecutó también en ese mismo monasterio otras obras, como las estatuas orantes de Ana e Isabel Cabrera o los altares de piedra de San Sebastián y San Jerónimo. Entre 1540-1541 participó en el concurso para la realización de las rejas de la capilla mayor y del coro de la Catedral de Toledo, donde su moderna propuesta de abandonar completamente el hierro por el bronce para obtener un resultado más elaborado y duradero no fue adecuadamente valorada por los tasadores, lo que hizo que los trabajos se adjudicaran finalmente a Francisco de Villalpando y a Domingo de Céspedes. Se atribuye también a su taller la reja que cierra la Capilla de la Concepción del Monasterio de Santa Clara en Medina de Pomar (Burgos).

Además de la platería que hemos mencionado, ejerció también la arquitectura y la escultura, sustituyendo de forma temporal a Diego Siloé como maestro de obras de la ciudad de Burgos durante sus ausencias, como en el caso de la obra del puente de Santa María afectado por la riada de 1527. Diego actuó también como fiador suyo en algunas ocasiones. Así mismo, se relacionó con Francisco de Colonia y otros miembros de su familia.

Testó en 1543, y aunque figura después como parte en la ejecutoria de un proceso sobre servidumbre de aguas que afectaba a unas casas de su propiedad en Burgos, debió morir en esa misma fecha, pues es su viuda quien concluye el pleito en rebeldía. Este litigio fue apelado a la Real Chancillería de Valladolid, donde se conservan también otros pleitos en los que actuaron como parte él mismo o sus herederos. Está enterrado en la Iglesia de San Cosme y San Damián de Burgos junto a su esposa, Catalina de Frías (?-1562) que aunque se casó en segundas nupcias dispuso ser enterrada con su primer marido en el sepulcro monumental que mismo realizó, muestra de la gran estima en que le tuvieron sus contemporáneos.