Escritor, abogado y diplomático, exiliado español.

Sus padres, ingeniero Julio René Anatolio Lion de Guilhen y Agustina Celina Aliu Dépètre, pertenecían a la colonia francesa asentada en la capital vallisoletana durante la Restauración.

Se licenció en Derecho y tras realizar el servicio militar como alférez de complemento de Administración Militar, formó parte de la carrera diplomática en junio de 1922 y logró el número 7 de su posición. Trabajó como secretario de tercera clase en Buenos Aires a las órdenes de Ramiro de Maeztu y posteriormente fue enviado a Amberes, Santos (Brasil), Sofía, Bahía y París.

El 12 de diciembre de 1933 arribó a México para ejercer de agregado comercial en este país, Centroamérica y Panamá y permanecería en el país azteca durante veinte años.

Allí volvería a casarse nuevamente con una mexicana y tuvo su segundo hijo, Álvaro Lión-Dépètre, futuro escritor y cineasta. Fue galardonado con la medalla de plata de la Cruz Roja Española y la de Caballero de la Corona de Italia. Durante la guerra civil uno de sus sobrinos, catedrático en la Universidad de Granada, fue fusilado junto a García Lorca y sus dos hermanos se ven obligados a huir. José se mantuvo leal a la República y trabajó estrechamente con el embajador Félix Gordón Ordás. Su actuación fue muy importante para comprar armamento y municiones mediante segundos países. En 1931 publicó Las Confesiones de Cayac-Hamuaca y un año después Yo, leproso. En 1937 se editó el poemario Rebeldías. El dos de noviembre de 1940 fue expulsado de manera oficial del cuerpo diplomático y desde dicho momento trabajó como empresario agrícola en Ciudad Valles, además de como traductor editorial y autor especialista en derecho diplomático. En febrero de 1946 se trasladó a París durante un periodo de seis meses para realizar tareas como ministro plenipotenciario en el gobierno de José Giral.

Desde 1947 y hasta 1951 fue colaborador en el gobierno del general Jacobo Arbenz en Guatemala y fundó el "Instituto Diplomático consular". El 7 de mayo de 1953 pidió a la representación en México del gobierno franquista su expatriación y el 26 de diciembre de 1953 la readmisión en la vida pública, aunque hasta 1974 no pudo volver a trabajar en la Administración. Tras su regreso a España se editó La tragedia de Méjico, donde mostraba su visión sobre el recibimiento a la diáspora republicana. Este trabajo generaría un fuerte rechazo en el país latinoamericano y en el entorno de los exiliados, a pesar de ser aplaudido por Lázaro Cárdenas. Trabajó en el Índice Cultural Español y fue investigador y documentalista del servicio directo del Marqués de Santa Cruz y del ministro de Asuntos Exteriores Castiella, figura esta última a la que asesoró históricamente para que reivindicara Gibraltar en la sesión del 15 de enero de 1957 en la Asamblea General de la ONU. Fundó la "Escuela Especial de Secretariado Marian Borkowska". Murió en la Residencia "Francisco Franco" de Alcalá de Henares, el 20 de diciembre de 1976.