Mercader burgalés, banquero, armador. Miembro de la importante familia de mercaderes del mismo nombre. Participó de manera relevante en el comercio de las especias y en las exploraciones a que dio lugar en la primera mitad del siglo XVI. Regidor de la ciudad de Burgos desde 1524 hasta su muerte.

Establecido en Lisboa desde 1505, interviene en el comercio azucarero de Madeira y comercia junto a los portugueses en la ruta de las especias a través de Guinea. Paul Gallez y otros sostienen que cruzó el estrecho de Magallllanes y que descubrió el Río de la Plata antes de 1515. Su compañía distribuía productos que llegaban a Castilla, Inglaterra, Flandes y el norte de Europa, con su hermano Diego de Haro como agente permanente en Amberes. Es posible que su abandono de Portugal y regreso a España en 1517 se debiera al hundimiento de diecisiete barcos a manos del portugués Esteban Lusarte, luego ajusticiado por el rey de Portugal, que no resarció sus pérdidas.

Proyectó y armó junto a Hernando Magallanes el viaje occidental hacia la Especiería con apoyo del obispo Fonseca, los Welser y otros mercaderes burgaleses, viaje que motivó la primera circunnavegación de la tierra, una empresa con destacado protagonismo burgalés en su financiación y en su ejecución, como ha estudiado Adelaida Sagarra. Se fletaron cinco naves que zarparon en 1519 de las cuales solo una regresó a Sevilla en 1522, la nao Victoria, al mando de Juan Sebastián el Cano, hombre de Cristóbal de Haro.

Promovió junto a Fonseca la creación de una Casa de Contratación de la Especiería en La Coruña, instituida el 22 de diciembre de 1522, de la que fue factor. Impulsó y financió varias expediciones, como la de Esteban Gómez (1524-1525) que motivó la exploración de la costa Este norteamericana y del río Hudson. Participó en la financiación del viaje de Jofré de Loaysa que zarpó desde Galicia en 1525 y de la expedición de Diego García a las Molucas, en competición con la de Sebastián Caboto, que partió de Finisterre en 1526. Los tratados de Zaragoza de 1529 de Carlos I con Portugal limitaron absolutamente las grandes posibilidades que el comercio de las especies abría a los mercaderes burgaleses, y supusieron la desaparición de la Casa de la Especiería de La Coruña y la disminución, en este sentido, de la actividad de Cristóbal.

Comerció con esclavos en Guinea y Sierra Leona desde su etapa portuguesa, y también lo hizo en Indias con agentes en la isla de Santo Domingo, junto a su sobrino Francisco de Burgos. Con él se asoció para adelantar grandes cantidades de dinero a la Corona sobre los beneficios de Hernando Pizarro. En los años veinte fue tesorero de la bula de Cruzada en el Obispado de Burgos.

Fue estimado por Carlos I, con el que trató personalmente y para el que cumplió importantes servicios como la financiación de armadas y la información y espionaje para salvaguardar los intereses de la Monarquía aprovechando sus redes comerciales, al igual que otros mercaderes de la época.

Fue patrono de una capilla en la iglesia de San Lesmes en Burgos, la iglesia de los mercaderes, donde está enterrado junto a su mujer, Catalina de Ayala, hija del mercader Gregorio de Ayala, con la que tuvo nueve hijos, el tercero de los cuales llevaba también su nombre. Sus descendientes hubieron de litigar su herencia a causa de sus compromisos económicos, en particular la disolución de la compañía y trato comercial con Francisco de Burgos.