Compositor, organista, director de coro, gestor cultural, musicólogo y profesor español. Nació el 19 de diciembre de 1880 en Azcoitia (Guipúzcoa) y falleció el 29 de abril de 1956 en San Sebastián (Guipúzcoa). Hijo de José Luis Otaño Aguirre y de María de las Mercedes Eguino Larrañaga.

Comenzó los estudios musicales a edad temprana en su localidad natal, y posteriormente con los organistas de las cercanas Escoriaza, Zumárraga y Mondragón. A los 14 años ingresó en la preceptoría de Baliarrain, en la que pronto se hizo cargo del órgano y del coro; y en 1896 en el noviciado de la Compañía de Jesús en Loyola, donde ejerció de organista en el instrumento Cavaille-Coll del santuario. Entre 1900 y 1901 estudió en Burgos, allí conoció a Federico Olmeda, quién influyó en sus intereses musicales. Entre 1903 y 1907 estuvo en Valladolid, donde coincidió con Vicente Goicoechea, estudió composición y piano con Jacinto Ruiz Manzanares y Vicente Arregui, e impartió docencia en el Colegio de San José. Además, en 1904 estudió paleografía con Casiano Rojo del monasterio de Silos. Defensor de la música sacra, redactó en 1905 un “Reglamento” sobre su práctica en la archidiócesis de Valladolid, tras la promulgación del Motu Proprio de Pío X. En 1907 organizó el primer Congreso Nacional de Música Sagrada y fundó la revista “Música sacro-hispana” (1907-1922).

Durante su estancia en el Seminario de Comillas, entre 1910 y 1919, reformó la Schola Cantorum, consolidándola como una gran masa coral. Compuso numerosas obras sacras y profanas para este conjunto, entre ellas: “Cantantibus organis” (1910), “Ave María de Azcoitia” (1911), “Suite vasca” (1910-1912), o una versión de “Negra sombra” (1913). En esta etapa se interesó también por el folklore cántabro y realizó trabajos de investigación que publicó con el título “El canto popular montañés” (1915). Conoció al prior de Solesmes, Dom André Mocquereau, durante los viajes que hizo por Europa. Regresó a Burgos en 1920, donde compuso “Marcha Real” (1921), obra que le llevó a estudiar la música militar española. Se trasladó a San Sebastián en 1922, fundó el Círculo Cultural y Acción Católica, Los Caballeros de San Ignacio y la revista “Agere”. Disuelta la Compañía de Jesús en 1932, regresó a su localidad natal hasta 1936, allí compuso “Tota pulchra” y “Cuatro canciones montañesas”.

Durante la guerra civil española dio conferencias y publicó “Toques de guerra del Ejército Español” en 1939. Ese mismo año representó a España en el IV Congreso de la Sociedad Internacional de Musicología celebrado en Nueva York. Mantuvo correspondencia con Manuel de Falla, y ayudó al compositor gaditano con los derechos de autor de sus obras durante el conflicto español. En 1940 fue nombrado catedrático de Folklore y director del Real Conservatorio de Música de Madrid, hasta su destitución en 1951. Fue presidente de la Orquesta Filarmónica de Madrid y miembro de la Junta Nacional de Música, además de director de la revista “Ritmo” entre 1940 y 1943. Ese mismo año fue nombrado académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; dos años antes había recibido la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.

El archivo personal de Nemesio Otaño se conserva en la Biblioteca y Archivo Musical Nemesio Otaño, en el Santuario de Loyola en Azpeitia (Guipúzcoa). Contiene: partituras, monografías sobre música y literatura, correspondencia, fotografías, programas de concierto, prensa, discos y rollos de pianola.