Bailarina belga. Nació el 22 de febrero de 1895 en Bruselas (Bélgica).

Ingresó con once años en el Conservatorio de su ciudad natal y debutó profesionalmente a los catorce como bailarina. Tras finalizar los estudios, se dio a conocer en los teatros de su país, y consiguió un contrato como primera bailarina del Royal Covent Garden de Londres a los dieciséis años. También fue primera bailarina en el Théâtre Royal de la Monnaie de Bruselas. Con dieciocho años, inició una gira mundial que la llevó a América y a países europeos como Dinamarca, Suecia, Inglaterra, Italia y España. La prensa publicó muy buenas críticas de sus actuaciones, motivo por el que se convirtió en una de las bailarinas más afamadas de la época.

En España, durante la Primera Guerra Mundial, bailó en muchos escenarios, como el Teatro de la Comedia, el Teatro Real y el Ateneo de Madrid; así como en el Teatro Romea de Barcelona y en el Guimerá de Tenerife. En sus actuaciones compartió cartel con figuras como Antonia Mercé, La Argentina. La prensa destacaba, de su repertorio, piezas como “La ninfa de Diana”, “Sylvia” y “Vals de Coppélia” de Léo Delibes; “La muerte del cisne” de Camille Saint-Saëns; el vals “La visión de Salomé” de Archibald Joyce; la “Danza de las horas” de Amilcare Ponchielli; “Faust”, “Danza noruega” y “Papillon” de Edward Edvard Grieg; o “La gitanilla” de Joaquín Valverde. También visitó Zaragoza y Valencia.

Maurice Bastin, director del Teatro de la Monnaie, le comunicó que Manuel de Falla no estaba de acuerdo con sus ejecuciones de las danzas en “La vida breve” (1904-1913), apreciación que el autor explicó en la carta que le envió el 22 de abril de 1923; un día después, ella contestó a Falla informándole de su desconocimiento del baile andaluz, pero que, a pesar de ello, había recibido grandes ovaciones. Tras la I Guerra Mundial, volvió a visitar España en 1924 y 1925. Fue distinguida con la Ordre de la reine Élisabeth y la Ordre de la Couronne de Bélgica, entre otros galardones. No se conoce por ahora la fecha de su muerte.