Bailarina y coreógrafa española. Hija del maestro de danza Manuel Mercé y de la bailarina Josefa Luque, nació en Argentina durante una gira de sus padres por América. Cuando regresaron a Madrid, Antonia, que había recibido sus primeras nociones de danza de su padre, se matriculó en el Conservatorio con el fin de completar su formación con el estudio de la música. Además de aprender danza académica, se interesó por la danza española en todas sus facetas.

Como la mayoría de las bailarinas españolas, en la primera década del siglo inició su carrera profesional en los teatros y salas cinematográficas que programaban variedades y en los cafés cantantes. Después de actuar en varias ciudades europeas, sus recitales en Madrid empezaron a llamar la atención de algunos intelectuales y artistas. Jacinto Benavente, Santiago Rusiñol, Julio Romero de Torres y Emilia Pardo Bazán, entre otros, reconocieron lo especial de su arte y fue invitada a actuar en el Ateneo de Madrid, el 16 de abril de 1915. El compositor Enrique Granados le dedicó su partitura "Danza de los ojos verdes" en 1916.

Antonia Mercé estaba codificando y estilizando la danza española, mediante una cuidada lectura de la tradición bolera, de ciertas danzas folklóricas y del flamenco; además de poner una especial atención en la selección de la música, el vestuario y las puestas en escena.

La década de los 20 fue una etapa fructífera en la que afianzó su proyección internacional en Europa, América y Asia donde llegó a actuar en varios teatros de Filipinas y Japón. En mayo de 1925 estrenó en el Théâtre Trianon Lyrique de París la versión para ballet de "El amor brujo" de Manuel de Falla; protagonizada por la propia Antonia como Candelas, Vicente Escudero bailó el personaje de Carmelo y el mimo francés George Wague hizo El Espectro, la escenografía y el vestuario fueron diseñados por Gustavo Bacarisas, y dirigió la orquesta Enrique Fernández Arbós.

Cipriano Rivas Cherif, figura importante en la renovación teatral del momento, a partir de referentes como los Ballets Russes de Diaghilev, la animó a crear su propia compañía, que presentaría en la Opéra Comique de París en 1927 con el nombre de Ballets Espagnols de La Argentina. Esta compañía serviría de modelo a otras propuestas, como la que promovieron el torero y escritor Ignacio Sánchez-Mejías, Rafael Alberti y Federico García Lorca, en torno a Encarnación López La Argentinita en 1933.

Muchos de los compositores y artistas plásticos del momento colaboraron en las producciones de Antonia Mercé. Destacan los títulos: "El fandango de candil" con música de Gustavo Durán, libreto de Rivas Cherif, diseño de escenografía y vestuario de Néstor de la Torre (estrenado en Alemania, 1927); "El contrabandista" de Óscar Esplá, libreto de Rivas Cherif, figurines de Salvador Bartolozzi (París, 1928); "Sonatina" de Ernesto Halftter, decorados y vestuario de Beltrán Masses y Mariano Andreu (París, 1928); "Juerga" de Julián Bautista, libreto de Tomás Borrás, escenografía y vestuario de Manuel Fontanals (París, 1929); "La romería de los cornudos" de Gustavo Pittaluga, libreto de Federico García Lorca y Rivas Cherif (aunque estrenado por Encarnación López La Argentinita en Madrid, en 1933, con escenografía de Alberto Sánchez). García Lorca leyó su "Elogio de Antonia Mercé, La Argentina" en el acto que el Cosmopolitan Club organizó en su honor, en 1930, en Nueva York.

En diciembre de 1931, Manuel Azaña, presidente de la Republica, le impuso el Lazo de la Orden de Isabel la Católica en el Teatro Español de Madrid. En ese mismo coliseo presentó, el 28 de abril de 1934, "El amor brujo", actuando Pastora Imperio en el papel de Lucía.

Después de asistir en San Sebastián a una función de danzas vascas en su honor, acompañada por el Padre Donostia, falleció de un ataque al corazón, en Bayona, el 18 de julio de 1936.

Una parte del legado de La Argentina se conserva en la Bibliothèque-musée de l'Opéra - Bibliothèque nationale de France - Département de la Musique. Contiene correspondencia, fotografías, manuscritos de argumentos de ballets y carteles, de su etapa profesional de 1927 a 1936. Además, cerca de 300 programas de mano de 1911 a 1941; objetos diversos, como joyas de escena y un cuadro de La Argentina en El amor brujo de Manuel de Falla, conservados en los fondos del Museo.