La orden del císter mantuvo una relación muy estrecha con Jaime I de Aragón y su familia, de hecho, el monarca quería ser enterrado en el monasterio cisterciense de Poblet. Así, poco después de la conquista de Mallorca por Jaime I, fue entregado un permiso real a Nunó Sanç en 13 de septiembre de 1232 para fundar un convento cisterciense dependiente de Poblet. En 1239 Nunó Sanç donó terrenos en Deià, Esporles, Sant Llorenç y Porreres. Los primeros monjes en llegar de Poblet se asentaron en Esporles, pero el mismo año se mudan a Las Palmas, pasando en 1266 a ocupar el que sería su asentamiento definitivo, en un lugar conocido como La Real.

En 1560 el monasterio se independizó del de Poblet y a partir de ese momento contó con una poderosa influencia, ya que el abad era considerado la segunda personalidad eclesiástica, detrás del obispo. Durante los siglos XVII y XVIII se acometieron distintas obras para acondicionar y ampliar el monasterio, como la construcción del claustro o la reforma de la iglesia. En este monasterio inició su vida monacal el famoso místico Ramón Llull. Durante su estancia escribió su famosa obra "Art General".

En 1820 los monjes abandonan el monasterio como resultado de la implantación de la Ley sobre monasterios y conventos, durante el Trienio Liberal. Con el regreso de Fernando VII en 1823, el monasterio abre de nuevo sus puertas, pero el edificio se encuentra en un estado de deterioro muy intenso. En 1835 con la aplicación de los decretos de exclaustración de Mendizábal, el convento cesa de manera definitiva su actividad.