La Tesorería General contiene la relación de ingresos y gastos obtenidos y pagados por el Tesorero General. Los ingresos se refieren a contribuciones de lo extraordinario, quedando fuera de su ámbito de competencia los ordinarios, en especial las rentas ordinarias y los servicios votados en Cortes. En cuanto a los pagos, se destinaban preferentemente a las Guardas de Castilla, artillería, embajadas, correos, galeras y gastos extraordinarios del Rey.

Entre marzo y septiembre de 1726, se reforma la Tesorería General a iniciativa de Nicolás de Hinojosa, quien se intitula Tesorero General perpetuo y obtiene la separación entre sus cuentas y las de los tesoreros de ejércitos. El organismo estará sometido a control externo, el de los dos Contadores Generales de la Razón, el de la Contaduría General de Distribución y el de la Contaduría General de Valores.

La documentación fue remitida en 1850 por la Dirección General del Tesoro, organismo creado en 1845, al Archivo General de Simancas. Lo más probable es que esta documentación perteneciese en exclusiva a la Tesorería General, que parece se estabiliza como organismo independiente pero a la vez estrechamente ligado al Consejo de Hacienda en 1584. Ello explicaría la existencia de documentación correspondiente a la Contaduría Mayor de Hacienda y al propio Consejo de Hacienda. Por su específica misión de control del cargo y data, a la documentación de los siglos XVI y XVII se uniría desde 1717 la de la Tesorería General borbónica con sus dos contadurías de ingreso y gastos (Valores y Distribución) y la Contaduría independiente de Millones, las tres con la categoría de Generales.