Juan de Borja Enríquez de Luna, nacido en Gandía el 10 de noviembre de 1494, fue Grande de España, III duque de Gandía, y señor de la baronía de Turís, de Chella, de la Vall de Gallinera, de la Vall d'Ebo, de Corbera (1497-1543), de Llombai (1497-1530), de Rugat (1499-1543), de Realenco (1502-1543), de Albalat de la Ribera (1510-1543) y de Navarrés (1523-1543) en el reino de Valencia. Fue el hijo primogénito de Juan Borja Cattanei, II duque de Gandía, y María Enríquez Luna. A su vez era nieto del papa Alejandro VI, y hermano de Juan e Isabel de Borja, y posiblemente también de César Borja Enríquez, casado con Jerónima Tolzá.

Como señor de vasallos hay que decir que heredó prematuramente los señoríos de los Borja por la muerte de su padre, Juan (1497). No obstante, fue su madre María quien se hizo cargo de la gestión de los señoríos hasta su mayoría de edad (1511).

Durante la regencia de su madre, se continuó con la expansión territorial de los Borja. Para ello fue fundamental vender los lejanos territorios italianos, especialmente situados en Nápoles, reinvirtiendo el capital en señoríos más cercanos a Gandía.

En primer lugar, se adquirió en la Safor la alquería de Miramar a los hermanos Balaguer (1499), y las de Almoines y Benieto Iussà a Pere d'Íxer (1500). No obstante, la adquisición más preciada, dentro de la huerta de Gandía fue la baronía de Realenco, formada por una serie de alquerías que fueron donadas por el I duque real, Alfonso el Viejo, a su nieto Hugo de Cardona. Estas alquerías pertenecieron a este linaje hasta que Juan Cardona y María Fajardo se las vendieron a María Enríquez (1502).

A su vez, la duquesa regente se expandió por la Vall d'Albaida, una zona a medio camino entre Gandía y la Vall de Gallinera, gracias a la compra de la baronía de Rugat (1499), que había sido secuestrada por la Gobernación de Valencia a su endeudado propietario, Aguiló de Romeu.

La última compra orquestada por María Enríquez se realizó en la comarca de la Ribera del Júcar, donde adquirió la baronía de Albalat de la Ribera (1510). Este señorío había sido intervenido por la Gobernación de Valencia a causa de las deudas de sus propietarios, los Rois de Corella, primero, y Gaspar de Castellví, después.

A partir de la mayoría de edad de Juan, se ampliaron las posesiones señoriales con la compra de la baronía de Navarrés (1523) a la familia Tolsá. Esta última no entró en el mayorazgo del ducado de Gandía, sino que pasaría posteriormente a manos de Pedro Luis Galcerán, convirtiéndose en I marqués de Navarrés (1557).

Por otro lado, la baronía de Llombai, heredada de su padre, fue donada en vida a su hijo Francisco, como regalo de bodas, elevándose el título de marquesado (1530). Cabe destacar, también, que en 1533 concedió la regencia del ducado de Gandía a su segunda esposa.

En el ámbito político y militar, apoyó al emperador en las Germanías, teniendo agermanados entre sus propios vasallos. En la reunión celebrada en junio de 1521 en el monasterio de Santa María de la Valldigna, se decide enfrentarse a ellos por la vía militar. En este contexto, Juan perdió en la batalla de Vernissa o de Gandía, junto al conde de Oliva el 25 de julio de 1521. Por este motivo tuvo que huir a Dénia y Peñíscola por vía marítima, lo que facilitará el saqueo del palacio ducal. Posteriormente, fue gravemente herido en la cara en una batalla en Xàtiva (1522). Los agermanados capitularían pocos meses después, a lo que Juan iniciaría la represión contra sus vallados sublevados.

En este contexto, a partir de 1523 se trató de reorganizar el archivo ducal, destruido dos años antes. Para ello se vale de Francisco Arlés, Juan García y Francisco Pérez de Culla. No obstante, la mayoría de la documentación original se perdió, y se reconstruyó a través de un libro registro elaborado en tiempos de su madre. Este documento tuvo valor jurídico mediante una sentencia de 1524.

Fue educado por humanistas de la talla de Juan Andrés Strany, García Matamoros, y Juan Luis Vives, y acabó por convertirse en uno de los principales erasmistas valencianos. A su vez, contaba con una de las mejores bibliotecas nobiliarias de su tiempo. Además, el impresor Jorge Castilla le dedicó tres comedias anónimas en 1521 tituladas: "Hypótita, Thebayda y Serafina". También le fue dedicada la obra "Paedapechthia" de Francisco Decio en 1536.

A título personal se casó en dos ocasiones. Su primer matrimonio fue concertado con Juana Aragón Gurrea el 31 de enero de 1509, celebrándose el enlace el 2 de febrero en el palacio real de Valladolid. Del enlace nacerían San Francisco de Borja, futuro IV duque de Gandía, seguido de Alfonso, abad del monasterio de Santa María de la Valldigna, Luisa, Enrique, María, Ana e Isabel, siendo las tres últimas monjas clarisas conocidas respectivamente como María de la Cruz, Juana Evangelista y Juana Bautista.

Durante el matrimonio, Juan fue amante de Catalina Díez de Castellví, mujer casada, con quien tuvo un hijo, Juan Cristóbal, lo que generó el secuestro de sus estados por parte de Fernando el Católico (1515) desterrado del reino. Juan tuvo que ir hasta Plasencia, donde estaba el monarca asistiendo al matrimonio del duque de Medina Sidonia, para suplicarle el perdón. Posteriormente, fue a Zaragoza para visitar a su suegro, quien le obligó a firmar un nuevo mayorazgo, incluyéndose Albalat de la Ribera (1516).

Su segunda esposa fue Francisca de Castro Pinós. Las capitulaciones fueron firmadas en Fréscano (Zaragoza) el 13 de marzo de 1523. De dicho enlace nacieron: Jerónimo, Rodrigo, Pedro Luis Galcerán, María, Leonor, Ana, Magdalena Clara, Margarita, Juana y Tomás.

Finalmente, Juan testó por primera vez en 1517, legitimando a su hijo bastardo e indicando que quería ser enterrado en la Colegiata de Gandía. Sus últimas voluntades, no obstante, se redactarían el 28 de febrero de 1538. Aunque le siguieron varios codicilos, haciéndose el definitivo el 6 de septiembre de 1541. Juan, falleció en Gandía el 9 de enero de 1543 por enfermedad.