Profesor y pedagogo español. Segundo hijo del abogado y político republicano Rubén Landa Coronado y de la portuguesa María Jacinta Toscano Vaz, nació en Badajoz el 26 de agosto de 1890, ciudad en la que cursó sus primeros estudios y el bachillerato. Al terminar éste, su padre lo trajo a Madrid con su hermana Jacinta, para que ésta comenzase el bachillerato en la capital y él sus estudios universitarios, alojándolos en la casa de la viuda de don Joaquín Sama y Vinagre, amigo y colaborador de don Francisco Giner de los Ríos. Después ambos se alojarían en la calle Segovia, en la casa del farmacéutico don Francisco Blanco Sánchez, muy vinculado también a la ILE.

Desde el año 1909 impartió clases en el colegio de segunda enseñanza de la ILE, donde tuvo como compañero de claustro a José Machado Ruiz. En 1912 Rubén se licenciaría en Filosofía y Letras, obteniendo también la licenciatura en Derecho y el doctorado en Filosofía y Letras a continuación. En 1917, durante los cursos de Doctorado coincidirá por primera vez con Antonio Machado, examinándose ambos de Metafísica. Poco después organizarían un viaje a Toledo para visitar sus monumentos, en compañía de su hermano José Machado.

El 6 de abril de 1920 Rubén Landa aprobó las oposiciones a cátedras de segunda enseñanza y consiguió la cátedra de Psicología, Lógica y Ética del Instituto Fray Luis de León de Salamanca, ciudad en la que permanecerá hasta 1926, año en el que se traslada a la cátedra del Instituto de Segovia, donde coincidirá nuevamente con Antonio Machado, esta vez como compañero del claustro de profesores.

En Salamanca, ciudad a la que llegará poco después de haber contraído matrimonio civil con María Luisa Viqueira López-Cortón -hermana de su cuñado, el galleguista Xoán Vicente Viqueira, sobrina de la mujer del viejo amigo de su padre don Manuel Bartolomé Cossío-, entablará amistad con don Miguel de Unamuno, con quien mantendrá una interesante relación epistolar entre los años 1921 y 1935; documentos que se conservan en la Casa-Museo Miguel de Unamuno. A través de las cartas remitidas por Rubén a don Miguel podemos conocer algunas de sus inquietudes y preocupaciones intelectuales durante el año 1922, período en el que estuvo pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios en París y en Londres para estudiar el sistema docente de los centros de secundaria de esos países. Durante la estancia en Salamanca, Rubén deberá hacerse cargo durante algún tiempo de su hermana Matilde, afectada por un problema pulmonar.

En 1926 Rubén se traslada al Instituto de Segovia, donde ocupará la cátedra hasta el año 1931, fecha en que conseguirá trasladarse al Instituto de El Escorial, que llegará a dirigir, tratando de acercarse a Madrid, donde ya vivían sus hermanas Jacinta y Matilde con sus respectivas familias, ciudad en la que ya cursaba los estudios de Medicina su sobrino Florencio Villa y donde falleció su madre en agosto de 1930.

Con la llegada de la Segunda República, Rubén Landa, militante de Acción Republicana, el partido de Manuel Azaña, sería nombrado Consejero de Instrucción Pública durante el período de presidencia del Consejo por don Miguel de Unamuno, prestando una especial atención a la reforma del curriculum de la enseñanza secundaria.

Durante la Guerra Civil se dedicó a elaborar cartillas de alfabetización para los frentes, llegando a dirigir el Centro de Estudios Históricos, del que formaba parte. En 1938 acompañó una expedición de niños españoles enviados a Moscú, donde ejerció como maestro de la Casa Infantil de niños españoles de la calle Bolshaya Pirogóvskaya, encontrándose en la URSS con sus sobrinas Luisa Viqueira Landa y Carmen López Landa. Tras una breve estancia en la capital moscovita, Rubén se llevaría a Inglaterra a ambas, haciéndose cargo durante unos meses en Margate, ciudad costera del sur de Inglaterra, de una colonia de noventa niños españoles. En Inglaterra se reuniría con su hermana Jacinta y con el resto de los miembros de su familia, quienes con la ayuda económica de los cuáqueros consiguieron llegar a México en agosto de 1939 por Nuevo Laredo.

Sin embargo, según el testimonio de sus familiares, Rubén llegaría a México casi un año después, el 24 de junio de 1940. Pasarían otros seis años hasta que consiga volver a reunirse con su esposa María Luisa Viqueira el 22 de junio de 1946, que se había quedado en España al estallar la Guerra Civil, en la Quinta familiar de San Victorio, en San Fiz de Vixoi (Bergondo, A Coruña).

A su llegada a México, Rubén encaminó su vida nuevamente hacia la docencia regular, integrándose en la plantilla del Instituto Luis Vives para los hijos de exiliados españoles, centro impregnado por el espíritu de la ILE que había sido fundado en agosto de 1939 con fondos del Comité Técnico de Ayuda a los Españoles Refugiados (CAFARE). En 1942 sustituyó en la dirección del Instituto al profesor Enrique Jiménez, desempeñando el cargo de director hasta 1947, fecha en la que se trasladó con su mujer a los Estados Unidos, invitado por la Universidad de Oklahoma. Pronto formaría también parte del cuadro de profesores de la Academia Hispano-Mexicana como profesor de Filosofía. Incluso en 1943 presidió el Patronato de Ayuda a los Niños Españoles.

A su regreso de los Estados Unidos, Rubén Landa volvería a formar parte del cuadro de profesores del Luis Vives, impartiendo durante diversos cursos la docencia en la Universidad de las Américas y en la Universidad de Guanajuato, ciudad ésta en la que finalmente se retiraría. Años después, el matrimonio de octogenarios se vería obligado a mudarse a La Benéfica, asilo situado en la Colonia del Valle, una zona residencial de la capital federal, donde fallecería su esposa María Luisa Viqueira el 2 de octubre de 1974 y en el que también terminarían los días de Rubén Landa Vaz casi cuatro años después, el 16 de abril de 1978.