Institución
Convento de la Madre de Dios de Logroño (La Rioja, España)Otras formas
desde 1527 hasta 2004
El convento de la Madre de Dios de Logroño, en La Rioja, se localiza extramuros en la zona noreste de la ciudad.
Es el único convento, de los construidos en el S.XVI en Logroño, que aún se conserva. Durante este siglo se dio en la ciudad un movimiento constructivo, que favoreció la rehabilitación de edificios religiosos y creación de nuevas instituciones, como la que nos ocupa.
Este convento se construye por la iniciativa y patrimonio de D. Juan de Enciso, contador de Carlos V. En la Bula otorgada por Clemente VII, aparecen como patrocinadores y fundadores Juan de Enciso, su hermano Diego de Enciso y Pedro Ruiz de Alarcón entre otros. Pero quién llegó a costear y construir y por lo tanto queda como único patrono es Juan de Enciso.
En 1529, Juan de Enciso consigue el derecho de patronazgo, para él y sus descendientes y en 1531 comienza su construcción y la de su casa particular que, se localizaba junto al convento, conectada estructuralmente a través del templo.
La Bula papal establecía el convento bajo la Regla de Santa Clara pero, en 1534, una carta del cardenal Evangelista Laureano establece que, el convento debía regirse bajo la regla concepcionista.
En el testamento de D. Juan Enciso, en 1543, se dispone que tres de sus hijas ingresarían en el mismo siendo, una de ellas, Ana, nombrada abadesa. La familia hereda el patronazgo en la persona de Catalina Enciso, la única que no procesa. A la muerte de esta, se generó un pleito entre la Compañía de Jesús, pues no tiene descendientes directos y lega todo su patrimonio a esta Orden, y su sobrino Pedro de Enciso Nuncibay, regidor de Logroño, que conseguirá la herencia.
La riqueza y renombre del convento se debió a la fortuna y persona de Juan Enciso, que permitió al convento, durante sus años de actividad, funcionar incluso como prestamista para la propia ciudad. Llegó a contar con setenta religiosas.
Superó avatares históricos del S.XIX, como la Guerra de la Independencia, aunque sufriendo el incendio de su archivo y las distintas Desamortizaciones, entre 1838 y 1843, perdiendo parte de sus posesiones. Aún así fue capaz de acoger entre sus muros, a la comunidad de religiosas de Nuestra Señora del Carmen de Logroño, exclaustradas por Mendizábal, 1837.
Durante la Guerra Civil, en 1936 fue incendiado, y parte de sus instalaciones destruidas, pero continuó funcionando. En los años 60 la abadesa del momento, solicitó ayuda al Ministerio de la Vivienda, para que el edificio fuera rehabilitado. Las obras comenzarían en el año 69. La comunidad desarrollaría su actividad hasta 2002, cuando se llega a un acuerdo de cesión del convento al Ayuntamiento, a cambio de la construcción de uno nuevo. Las religiosas abandonan el edificio en el 2004.
PARES: Código Referencia:ES.28079.AHN/3.1.3.13.98//
Álvarez Clavijo, Mª Teresa: El Convento de la Madre de Dios y la casa de los Enciso, en Logroño ( La Rioja). 2001.[Recurso electrónico. Consultado el 15 de septiembre de 2015] dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/61957.pdf