Croquis del reguero del Chapín a su paso por el Convento de San Dictino de Astorga (León)
PLANOS Y DIBUJOS,NO DESGLOSADOS,108
Aproximada 1829-06-03 , Astorga (León, España)
Fecha de la incorporación como prueba al proceso (pieza 1, fol. 28 v)
Unidad Documental Simple
ES.47186.ARCHV//PLANOS Y DIBUJOS,NO DESGLOSADOS,108
TRANSFERENCIA
Real Audiencia y Chancillería de Valladolid. Salas de lo Civil. Escribanía de Taboada
Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (España) - Coleccionista
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Dibujo a pluma en tinta sepia ; ms.
Bueno
Ligero rasgado en el borde inferior
Digitalizado
Título formal:
«Plano q[u]e manifiesta la salida de aguas q[u]e hicieron los s[e]ñ[ore]s propietarios sin mi aveniencia por el nuevo cauce»
El convento de San Dictino, de fundación altomedieval, era el más antiguo de la ciudad de Astorga. Se encontraba en el arrabal de Puerta de Rey, y quedó completamente arruinado tras la Guerra de la Independencia. Con motivo de su reconstrucción, se desvió provisionalmente el agua del reguero del Chapín que partía de la presa de la Moldería Real, situada sobre los ríos Tuerto y Porcos, al norte de la ciudad. El reguero llevaba ese nombre a causa del orificio de la magnitud de un chapín o pié regular por el que se tomaba el agua de la presa (pieza 2 fol. 18).
La acequia, que suministraba agua a la población del arrabal, atravesaba el edificio del convento por un encañado subterráneo y resurgía al otro lado con el nombre de arroyo de la Colada. Al asentar los cimientos de la nueva construcción se produjeron daños en la estructura subterránea, procediéndose a la reedificación del cauce, que cambió su trazado original. Comenzó entonces una disputa que se elevó en 1828 al corregidor de Astorga y después a la Real Chancillería, entre la comunidad dominica, el síndico del común y los regantes afectados, entre ellos el Obispo y el Cabildo que fueron quienes finalmente encabezaron la demanda.
El procurador síndico de Astorga había realizado dos croquis de propia mano para el nuevo encauzamiento, incorporados al proceso en 1829. Pero el fiscal de Chancillería ordenó en 1832 un nuevo reconocimiento y plan topográfico, en el que debían actuar como peritos sendos maestros arquitectos elegidos por las partes, y en el que debía figurar el curso primitivo. El monasterio nombró a Mariano Álvarez Fernández y el Cabildo y la comunidad de regantes a Perfecto Sánchez Ibáñez. Al no avenirse, el receptor de probanzas nombró tercero en discordia al arquitecto benedictino Miguel Echano. Los tres habían trabajado conjuntamente en la Catedral de León, entre otras obras.
Sin escala
Sin orientación
SÃ
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