Historia Institucional / Reseña Biográfica:
Inicialmente denominado colegio de San Lucas, este colegio fue fundado por el cardenal Cisneros en 1513 para un número indeterminado de estudiantes enfermos, designando el rector de la Universidad de Alcalá, un capellán para su atención y dotándolo con grano y dinero. Para la edificación del hospital, el maestro Juan de Angulo, vicerrector del Colegio, donó cinco pares de casas en 16 de agosto de 1542. En 1547 se le incorpora el hospital del Dr. Valladares, contiguo al colegio y toma el nombre de Colegio Hospital de San Lucas y San Nicolás. El patronato correspondía a la iglesia magistral de los Santos Justo y Pastor, que aumentó sus rentas para poder cumplir la voluntad del Dr. Valladares, que quería que se edificase iglesia en el colegio. Las rentas incrementadas procedían de los réditos de censos y del arrendamiento anual de un molino. Gabriel de Zayas, secretario de Estado y de Italia, de Felipe II, funda por su testamento y codicilo de 13 de marzo y 7 de julio de 1593, una capellanía colativa perpetua en el Colegio, en donde será sepultado tras su muerte. Posteriormente el hospital en 1718 recibió algunos bienes del administrador Domingo García Canseco, y Celedonio de Arnedo, rector que fue hasta 1762, donó a su vez algunas tierras y censos.
Por resolución de 21 de abril de 1779 se resolvió el arreglo del hospital, de su gobierno y administración. La reforma se encargó al cancelario D. Pedro Díaz de Rojas y fue aprobada por real resolución de 29 de octubre de 1779. Quedaron extinguidas las rentas de grano y maravedís con las que venía contribuyendo la Universidad desde la época cisneriana, de modo que en adelante subsistiría con sus propias rentas, provenientes de las donaciones de sus benefactores. Se suprimía la práctica de que el rector fuese a la vez administrador de las rentas, recayendo ahora en dos personas distintas. El nombramiento de administrador lo harían en lo sucesivo el rector, cancelario y claustro de consiliarios de la Universidad, junto con el canónigo que diputase el cabildo de la Magistral. El visitador ordinario junto con el contador de la Universidad, estaba encargado de tomar las cuentas. El rector, eclesiástico, debía de cuidar de la asistencia de los enfermos y también del culto divino, y administrar a los enfermos en casos urgentes, el viático y la excomunión. En paralelo a los demás colegios de Alcalá, va disminuyendo el número de colegiales que acoge, de modo que en 1834 ya no había en él ningún estudiante enfermo. En 1837 sus rentas quedan agregadas a la Universidad de Alcalá.