Manda que se utilicen todos los medios que fueren necesarios para el avío de la urca llamada "Nuestra Señora del Carmen", valiéndose para ello de los caudales que hubiere en las Cajas Reales de Buenos Aires y los derechos que debiere pagar la parte de don Carlos Gallo por los fardos que se le ha permitido embarcar en el navío el "Rosario", por lo mucho que conviene su vuelta a los reinos de España.