Político, historiador y escritor. Hijo de Joaquín Balaguer Aymá y Teresa Cirera Bellaserra. Tras cursar estudios en la escuela de Pedro Laberna se licenció como bachiller en Jurisprudencia por la Universidad de Barcelona. A los 15 años ya había empezado a publicar sus primeros trabajos literarios, una actividad en la que fue extraordinariamente fecundo a lo largo de su vida. En 1845, y arrastrando conflictos familiares por la mala relación con su madre, se trasladó a Madrid donde trabajó en el Semanario Pintoresco y en la Iberia Musical y Literaria. Al poco volvió a Barcelona, pero el tema familiar no mejoró. En 1849 contrajo matrimonio con Manuela Carbonell Catalá. Entre 1840 y 1854 estuvo dedicado de manera bastante importante a la labor literaria que no sólo incluyó la escritura de trabajos propios sino también la dirección de colecciones literarias, la adaptación de textos teatrales y la traducción, especialmente de autores románticos franceses.

Fue redactor y director de diversas publicaciones periódicas; también fundó algunas otras como la revista La Montaña de Montserrat; fue miembro del Instituto Industrial de Cataluña, la Sociedad Filarmónica y Literaria o la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. En 1852 fue nombrado cronista de Barcelona.

A partir de la Revolución de 1854 se produce su incursión en la política; se integró entonces en la Milicia Nacional de Barcelona y fue secretario del Círculo Liberal de Amigos del País. En 1857 se presentó a la elección como diputado sin lograr su propósito. Más tarde se trasladó a Italia como corresponsal de El Telégrafo. Fue diputado por Barcelona entre 1862 y 1866; participó en el intento revolucionario de Prim en 1867 y se exilió en Aviñón por un corto periodo de tiempo.

Tras la Revolución de 1868 se convirtió en presidente y vicepresidente de la Diputación Provincial de Barcelona, y de la Junta de Instrucción Pública; fue vocal de la Junta Revolucionaria y gobernador civil interino. Además sacó acta de diputado por Manresa en 1869. Colaboró estrechamente con Prim en el asunto de las candidaturas al trono y viajó a Italia para comunicar a Amadeo de Saboya su elección como soberano. Durante la I República se retrayó algo más de la política. Ocupó varias carteras ministeriales: la de Ultramar y Fomento; además fue presidente del Tribunal de Cuentas y del Consejo de Instrucción Pública. A partir de 1889 fue senador vitalicio.

Fue miembro de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia Española; también del Ateneo de Madrid. Como miembro de la Real Academia de la Historia, la representó en la Junta Facultativa del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios; colaboró con Cánovas del Castillo en su Historia de España.