Persona
Prim, Juan (1814-1870)Formas paralelas (otros idiomas) Otras formas
Reus (Tarragona, España) 1814-12-06 - Madrid (España) 1870-12-27
Militar y político español. I conde de Reus, I vizconde del Bruch y I marqués de los Castillejos.
Hijo del notario Juan Prim quien, por la invasión francesa se enroló en el ejército. En 1834, al generalizarse el conflicto carlista, ingresó en un cuerpo voluntario cristino. En 1840 ya era coronel y, tres años antes, se había hecho acreedor a la Laureada de San Femando. Miembro del Partido Progresista, siendo elegido en 1841 diputado por Tarragona. En 1843, después de haber cubierto en Andalucía un destierro como subinspector de carabineros, participa en el movimiento contra el regente Espartero, al sublevar la zona de Reus y orientar, desde Barcelona después, la implicación de toda Cataluña, hecho por el que es recompensado con los títulos de conde de Reus y vizconde del Bruch. Pero, triunfante el golpe, es encargado de contener a la Junta barcelonesa que ataca a las nuevas autoridades por no cumplir sus promesas liberales, misión que le hace perder gran parte de la popularidad adquirida. Disconforme con el rumbo político que desarrollan las nuevas autoridades gubernamentales, solicita autorización para viajar por Europa. Más tarde sufre un procesamiento cuando es acusado de conspirara contra Narváez. En 1847 se reincorpora al ejército, siendo nombrado Capitán General de Puerto Rico, cargo en el que permanece escaso tiempo en razón a la impopularidad que se granjeó, pues a pocos gustaron las severas medidas de contención del orden público adoptadas, ni su plan de fortalecer la economía de la isla a partir del asentamiento de nuevos colonos.
De regreso a la Península alcanza en 1851, acta de diputado por Vich y, en 1853, por Barcelona, año, además, en que se le concede permiso para que, como observador, asista al desarrollo de la confrontación ruso-turca. Al año siguiente, triunfante la «Vicalvarada», integra las Cortes Constituyentes. En 1855 es nombrado Capitán General de Granada y ascendido a teniente general en 1856. En este período es cuando abandona su militancia en el Partido Progresista para encuadrarse en la Unión Liberal. Cuando estalla el conflicto de Marruecos (1859) se hace cargo de un cuerpo de reservistas que alcanza señalados éxitos (Castillejos y Tetuán, 1860), valiéndole la concesión de grande de España y el marquesado de los Castillejos. En 1861 se le encomienda el mando de la expedición militar española que, junto a una francesa y otra inglesa, se dirige a México para presionar a Juárez y conseguir el pago de la deuda exterior, lo que consigue, tras la firma del convenio de La Soledad (febrero de l 862), y después de ocupar San Juan de Ulúa y Veracruz. Pero, enterado Prim de la pretensión francesa de crear un imperio satélite en México, sin órdenes expresas de Madrid, ordena embarcar a sus tropas y se retira a Cuba.
Ese mismo año llega a Madrid y abandona su militancia en la Unión Liberal, reingresando en el Partido Progresista, facción que en el ámbito político ignora a la Corona, asumiendo cada vez más la idea de propiciar un cambio dinástico. Tales planes quedan al descubierto, y se ve obligado a exiliarse, aunque sin renunciar a su empeño. Con esa esperanza ejecuta una serie de pronunciamientos fallidos (desembarco en Valencia, en junio de 1865; cuartel de San Gil un año después), que le conducen a replantearse su estrategia: abandono del área estrictamente militar en las acciones, y búsqueda de apoyos civiles -por la derecha la Unión Liberal, y por la izquierda los demócratas- que se pactan en los acuerdos de Ostende (agosto de l 866) y París (julio de 1867), disipándose finalmente el camino cuando, en noviembre de l 867, muere O'Donnell y se suman a la trama los unionistas. En septiembre de l 868, con Sagasta y Ruiz Zorrilla, se desplaza hasta Cádiz, donde, con el concurso del almirante Topete, se subleva el día 18, publicando al siguiente el conocido manifiesto España con honra. Al mismo tiempo, el general Serrano, partiendo de Sevilla, marcha sobre Madrid, y Prim recorre la costa mediterránea alentando la insurrección que, al final destrona a la reina Isabel II.
Triunfante el golpe, se constituye un gobierno provisional, presidido por Serrano, en el que Prim pasa a desempeñar la cartera de Guerra, desde donde logró que las Cortes Constituyentes reconociesen el carácter monárquico del régimen, lo que obliga a buscar un monarca que, tras una regencia ostentada por el General Serrano, y en la que Prim fue Jefe del Gobierno, recayó, después de intensas negociaciones, en Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II (16-XII-1870).
Desde su puesto de presidente del ejecutivo, Prim trató de flexibilizar el arco político por la izquierda, en tanto que en política exterior, vislumbró el problema que se avecinaba en Cuba, propiciando una descolonización con honra que pasaba necesariamente por un entendimiento con los Estados Unidos, e, incluso, si fuera necesario, con los propios cabecillas revolucionarios. Pero todas sus previsiones quedaron truncadas con su muerte, sucedida en un atentado, y cuyos autores nunca fueron descubiertos.
DD.AA. Enciclopedia de Historia de España. Vol. IV: Diccionario biográfico. Madrid: Alianza Editorial, 1991. 910 p.