Escritor, periodista y político, exiliado español. Su padre fue el carabinero Vicente Díaz Fernández y su madre Amalia Fernández Fernández. Pasó su infancia y adolescencia en Castropol, donde se desplazó debido al nombramiento de jefe de policía en esta localidad que había logrado su padre. Desde una edad muy temprana mostró interés por la literatura y el periodismo y de esta forma llegó a crear su propio periódico, La tinaja, además de participar en las actividades culturales del Casino de Castropol. Durante esta etapa colaboró en Río Navia y El Eco de Navia y en 1917 cofundó el semanario Juventud y realizó poemas y cuentos para la revista Asturias y el decenario Castropol. A su vez fue escribiente en la notaría de la localidad. En 1918 comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Oviedo, aunque tuvo que abandonar la carrera por razones económicas. En 1919 participó en la creación de la revista Alma Astur y estableció contacto con el republicanismo asturiano liderado por Álvaro de Albornoz. Fue secretario del Ateneo Obrero de Gijón y se integró en la redacción de El Noroeste. En septiembre de 1921 realizó el servicio militar en el Regimiento de Infantería de Tarragona, que estaba compuesto únicamente por soldados asturianos. Posteriormente se trasladó brevemente a Sevilla y a continuación a Marruecos, donde permanecería hasta agosto de 1922 y escribiría para El Noroeste. Entre muchos de los artículos que realizó para este periódico destacaba su denuncia al militarismo español en el protectorado de Marruecos, temática con la que crearía en 1928 su primera novela El blocao. En 1923 se editaron sus primeras narraciones, como por ejemplo El ídolo roto. A partir de 1925 se asentó en Madrid donde trabajó como redactor de El Sol y estableció contacto con el entorno intelectual de la ciudad. Se relacionó de esta manera con el grupo promotor de la Revista De Occidente, donde resaltaba la figura de Ortega y Gasset. Formó parte de la oposición a Primo de Rivera y a Alfonso XIII y fue uno de los conspiradores de la llamada "sanjuanada", por lo que fue ingresado en prisión en 1926. Fue cofundador de la revista Postguerra junto con Joaquín Arderíus, José Antonio Balbontín, Rafael Gímenez. Esta publicación la acabaron transformando en Ediciones Oriente, ya que la censura prohibía todas aquellas revistas con menos de doscientas páginas. Desde dicha editorial se conformó un catálogo con claro sesgo revolucionario. En esta etapa publicó El blocao. Novela de la guerra marroquí. A raíz de su continua participación en la oposición a Primo de Rivera fue detenido e ingresó durante tres meses en la cárcel Modelo de Madrid. Trabajó como colaborador en Acción Republicana y durante su periodo en la cárcel participó en la creación del Partido Republicano Radical Socialista. Posteriormente pasó a integrarse en la masonería, dentro del Gran Oriente Español. Finalmente logro salir de prisión con la condición de exiliarse a Portugal y de esta forma residió en Lisboa desde Junio a Agosto de 1929. En este periodo continuó escribiendo como corresponsal de El Sol y publicó La Venus mecánica. El 30 de enero de 1930 cofundó la revista Nueva España, del que fuera director en los años 1930-1931. A su vez debido al cambio de orientación de El Sol, dejó su redacción para pasar a trabajar en los nuevos Crisol y Luz, donde defendió la llamada literatura "de avanzada". Dicha defensa la desarrolló en el ensayo El nuevo romanticismo. Polémica de arte; política y literatura, que fue interpretado por muchos como una respuesta a La deshumanización del arte de Ortega y Gasset. Colaboró además en el libro colectivo Las 7 virtudes y en Vida de Fermín Galán. Con la llegada de la Segunda República fue diputado a Cortes por Asturias con el Partido Republicano Radical-Socialista en 1931 y, con Marcelino Domingo como ministro de Instrucción Pública durante el gobierno de Azaña, Díaz Fernández ocupó la secretaría política. Desde dicho cargo se integró en la Comisión de Educación y promovió la Escuela Única y la enseñanza laica y republicana. Tras la revolución asturiana publicó bajo el seudónimo de José Canel, la novela Octubre rojo en Asturias, donde mezclaba la ficción y el reportaje. Posteriormente cofundó Izquierda Republicana, partido del que fue uno de los dirigentes. A lo largo del bienio negro estuvo alejado de la política y escribía en periódicos como El Liberal y La Nación en Buenos Aires y de otros países como Nouvel Age, Le Monde o Europe. Fue nuevamente diputado en las cortes por Murcia después de la victoria del Frente Popular en 1936 y también por segunda vez ocupó la secretaría política de Instrucción Pública con Domingo como ministro. A lo largo de la guerra civil ejerció como propagandista y también como secretario político de Francisco Barnés en el Ministerio de Instrucción Pública y en la Jefatura de las ediciones del Subsecretariado de Propaganda del Ministerio de Estado. Con la guerra prácticamente perdida, el 26 de enero de 1939 cruzó la frontera hasta Francia junto a su esposa Mercedes Roig y de su hija Mercedes Díaz Roig. En dicho país fue internado en el campo de concentración de Argelès-sur-mer, donde permaneció varias semanas hasta que su mujer e hija una vez asentadas en Perpignan negociaron con éxito la liberación de este. Tras su salida, la familia se desplazó a París, desde donde pretendían partir hacia América. Sin embargo a raíz de una orden del Gobierno Francés tuvieron que trasladarse hasta Toulouse, donde se encontraba un gran número de exiliados. Posteriormente volvieron a intentarlo, tras un nuevo traslado a la capital francesa y volvieron a fracasar, por lo que regresaron a Toulouse y después se trasladaron a Le Mans. Con la ocupación de esta por los nazis se desplazaron a Nantes, donde fueron hechos prisioneros. No obstante la ayuda de un oficial que simpatizaba con el régimen republicano, evitó la repatriación de la familia a España. Se asentaron pues en Toulouse que por esa época era "zona libre", y en dicha ciudad Díaz Fernández terminó finalmente falleciendo tras un grave deterioro de su salud y sufrir una gran miseria. Gracias a la aportación económica de sus amigos pudo ser enterrado en la zona norte del cementerio Terre Cabade, donde se mantuvieron sus restos hasta los años sesenta, que fueron llevados a una fosa común.