Escritor, periodista y guionista de cine español, exiliado en Argentina tras la Guerra Civil española. Cuando tenía ocho años su madre se trasladó a Cuba y nunca volvió, por lo que Francisco creció junto a su madrina Josefa Medina. Comenzó a trabajar a una edad muy temprana y también a asistir a cursos de filosofía en escuelas nocturnas. Ejerció como periodista en Barcelona, Madrid, París y Ginebra y apoyó las ideas republicanas y socialistas. Escribió críticas de teatro en el diario La Noche. Fue editor junto a Braulio Solsona de la publicación de crítica de teatro y literatura El Escándalo. Además ejerció como crítico de cine en diferentes publicaciones como El Cine, El Mundo Cinematográfico y La Pantalla. Fue corresponsal de El Liberal y El Heraldo de Madrid en París. En dicha ciudad tomó contacto con Miguel de Unamuno, en un entorno en el que se relacionó con otros españoles, en buena parte exiliados de la dictadura de Primo de Rivera. Pasados unos años se editó un libro donde relató su experiencia, Genio e ingenio de Don Miguel de Unamuno. Gracias a la labor realizada como crítico teatral conoció también a Valle- Inclán. En 1926 trabajó como guionista en la película documental Gent i paisatge de Catalunya de Josep Gaspar. En 1929 contrajo matrimonio con María Luisa Rodríguez, actriz que formó parte del Teatro de la Comedia de Madrid. En 1931 ejerció durante ocho meses como secretario del Gobierno Civil de Barcelona. Trabajó como vicedirector del periódico La Voz de Madrid y formó parte del Ateneo de la capital llegando a adquirir el grado de Ateneísta Ilustre.

La Guerra Civil Española le sorprendió en Francia, donde se trasladó por invitación del gobierno francés. Rápidamente regresó a España, sin embargo en Puigcerdá fue detenido y condenado a muerte por milicianos anarquistas. Gracias al presidente de la Generalitat, Lluis Companys, logró huir a Londres y posteriormente desde Burdeos, junto a su mujer y su hija Nuria, puso rumbo al exilio a Buenos Aires (Argentina) donde llegó el 17 de octubre de 1936. Se le dejó desembarcar tras la intercesión del embajador de España en Buenos Aires, Enrique Díez Canedo. En este nuevo periodo comenzó a trabajar en el periódico Noticias Gráficas y en poco tiempo ocupó la tercera secretaría de la Embajada de España. Formó parte de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores. Dirigió y fue fundador de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina. En 1948 logró una mención especial de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas Argentinas gracias al guión de la película documental Los pueblos dormidos. Trabajó en la última etapa de su vida como principal redactor de la publicación argentina El Hogar. Falleció en Buenos Aires con 52 años tras la complicación de una operación de úlcera de estómago.