Comerciante y liberal español.

Hijo de Francisco Antonio Bringas y de María Angela de Iruegas. Apenas tenemos información sobre los primeros años de este personaje. Por los diarios de Arias Tejeiro sabemos que era "un acaudalado comerciante cuyo nombre llevan los portales de la Plaza Mayor que miran al Oriente".

Fue oficial de la Milicia Nacional durante el Trienio Liberal y, con la vuelta al absolutismo de la Década Ominosa, a finales de 1823, se le abrió causa por los denominados "sucesos de Aranjuez", por los que se le intentó apresar.

En abril de 1826, Juan Antonio de Orenes, de la villa Trinjueque de Guadalajara, envió un oficio a la Superintendencia General de Policía pidiendo se averiguase el paradero de Rodrigo de Aranda, conde de Caralla, Francisco Bringas y Luis Amandi, por su supuesta relación con la muerte violenta del cura de Caspueñas Estanislao Félix de Diego. En noviembre de ese mismo año, escribió Bringas desde Burdeos a la Superintendencia General de Policía comunicando que había salido de la Corte con pasaporte del capitán general para Bayona, pero que teniendo su comercio en decadencia y necesitando arreglar la testamentaría de su difunto padre, solicitaba autorización para volver, hecho que se denegó.

Aunque no sabemos cuándo regresó a Madrid, la mayoría de los autores coinciden en ubicar el inicio de su relación con el general Mina en 1826, convirtiéndose desde entonces en uno de los agentes de Mina en la capital. A partir de este año, comenzó a fraguarse con mayor intensidad una conjura liberal para restablecer el denominado en la época "gobierno constitucional" cuyas ramificaciones llegarían a todas las provincias del país.

Por oficio de 6 de agosto de 1829 se ordenó al subdelegado de la Corte que observase y vigilase a los concurrentes de la casa-huerta de Francisco Bringas, situada en la calle de los Pozos, de la casa del conde de Noblejas en la calle del Prado, la casa del fabricante de sombreros Marrot en la calle San Fernando, la del médico Zanroyal, y finalmente, la casa del excomisario de la Policía Peñalva situada en la calle del Carmen esquina a la de la Salud, asegurando que en ellas había reuniones sospechosas. En octubre y noviembre de 1830 se le comenzó a seguir bajo sospecha de conspirar contra el gobierno de Fernando VII.

Según Gil Novales, desde 1830 formaban parte de la Junta Superior de Madrid Francisco Bringas, el ex oficial de Secretaría Tomás Polo Catalina, los hermanos Torrecilla o el abogado Salustiano Olózaga. Esta junta centralizaba y organizaba las actividades liberales con el objetivo de restaurar la constitución y terminar con el absolutismo, estando en continuo contacto con las juntas provinciales y exiliados españoles en otros países, como el general Espoz y Mina. La Junta se dividía en dos secciones: la de Hacienda, formada por Rodrigo Aranda y Bringas, este último como cajero o depositario de los fondos de Mina para llevar a cabo la rebelión, y la sección de Correspondencia, ocupada por el ingeniero Marco-Artú, quien se encargaba de la correspondencia con Mina y con las diversas Juntas provinciales. Marco-Artú se convirtió en la figura central de este gran proyecto de insurrección que iba a comenzar en el mes de marzo de 1831.

Sin embargo, habiendo sido delatados a principios de mes porMaximiano González, los planes fueron paralizados poco antes de llevarse a cabo mediante la orden de detención de los implicados por el Ministro de Justicia Tadeo Calomarde el 16 de marzo. Al día siguiente, en cumplimiento de ésta y de forma simultánea, el alcalde de Casa y Corte Antonio María Segovia apresó a Salustiano de Olózaga en su domicilio; Alfonso de Cavia apresó a José Torrecilla, pero no a su hermano Victoriano por hallarse fuera de Madrid; y José Zorrilla, también alcalde de Casa y Corte y padre del futuro poeta, se presentó en la casa de Marco-Artú quien, alertado por los gritos de su mujer Eugenia Morales, pudo escapar saltando por el balcón, pero cuyos papeles incriminatorios fueron confiscados.

A consecuencia de esto, Bringas fue hecho prisionero el 20 de marzo, junto con Aranda y María Ramírez Arellano. Estuvo prisionero en la cárcel de la Villa donde también se encerró a Miyar (condenado a la horca el 11 de abril) y el abogado Salustiano Olózaga (quien consiguió escapar durante el mes de abril). Según testimonio de José Olózaga, Bringas y Salustiano pudieron citarse y hablar en la cárcel donde Salustiano le convenció que para ganar tiempo en sus respectivas causas y para ellos él debía hacerse el loco y Bringas el mudo. Sin embargo, según la documentación, a finales de abril la salud de Bringas pareció resentirse de verdad y la consulta de varios facultativos terminó con el dictamen de que sufría una apoplejía que le había paralizado la parte derecha del cuerpo, no pudiendo verificar si podía o no hablar.

Continuó su estancia en la cárcel, pese a varias instancias de su mujer pidiendo se le liberase para pasar su enfermedad en su casa, que fueron denegadas. Amnistiado en octubre de 1832, según Olózaga, murió al poco tiempo debido a todas las pruebas médicas que le habían hecho en la cárcel.

Se casó con María Apolonia de Carranza Sardaña y fueron padres de Pilar Bringas Carranza.

En la gazeta número 275 de 28 de septiembre de 1835 se anuncia la junta de acreedores a la testamentaría de "D. Francisco Bringas, que fue del comercio de esta corte", por lo que murió con anterioridad a esa fecha.

Padre: Francisco Antonio Bringas

Madre: María Angela de Iruegas

Mujer: María Apolonia de Carranza y Sardaña

Hermana: María Ángeles de Bringas

Cuñado: Antonio Barata