Presbítero, fraile benedictino del Monasterio de San Benito de Sahagún, según Aramburu-Zabala natural de Vitoria. Maestro arquitecto examinado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, activo en Castilla-León y Cantabria especialmente en la primera mitad del siglo XIX. Solicitó su graduación a la Academia en junio de 1818.

Arquitecto de la obra de fábrica del Real Monasterio de Sahagún, estuvo a cargo de la última intervención de restauración y reforma que vivió el edificio antes de su destrucción y abandono definitivos, ocurrida entre 1819 y 1834. Tras los destrozos causados por las tropas del general Tourniers, que ajusticiaron al anterior maestro de obras fray Bernardo Delgado, se encargó a Miguel de Echano su reconstrucción. En 1825 presentó ante la Academia de San Fernando para su censura los dos proyectos alternativos, de los cuales fue aceptado el más integral, el que abordaba la complejidad de los problemas constructivos causados por el estado de deterioro del cenobio, aunque las obras en el edificio de la iglesia habían comenzado con anterioridad.

Entre otras cosas, el proyecto supuso la modificación de la cabecera medieval, donde Echano situó la portada principal construyendo dos torres gemelas para franquearla. Invirtió así la orientación general del templo y la ubicación primitiva de los altares. La reforma neoclásica no estuvo exenta de polémica y, a pesar de su envergadura, apenas quedan actualmente restos debido al incendio del edificio por los liberales en 1835, justo antes de la desamortización de Mendizábal y el final definitivo de la existencia de la comunidad benedictina.

De ese mismo año data el informe que envió Echano a la Real Academia de la Historia, a solicitud de dicha institución, sobre los restos mortales del rey Alfonso VI de Castilla y León, que hasta el incendio permanecían custodiados en el Archivo del monasterio en espera de la construcción de un panteón adecuado, obra que se había también encomendado al arquitecto alavés.

Según Mª Dolores Campos Sánchez-Bordona, en el momento de abordar la reconstrucción de Sahagún Miguel Echano desempeñaba el papel de arquitecto de la Congregación de San Benito de Valladolid, a la que estaba adherida su comunidad, y esa pudo ser la razón de que interviniera también en edificios de dicha provincia.

Las iglesias de San Tirso de Sahagún, Santervás de Campos (1818; 1830) Bárcena de los Montes (1829) o San Vicente de Potes (1851) así como las reparaciones de los puentes medievales de Saldaña en Palencia o Puente Canto en Sahagún, son algunas de sus obras. En algunos de estos proyectos colaboró con el arquitecto Fernando Sánchez Pertejo, ligado durante decenios a las obras de restauración de la Catedral de León.

Miguel Echano mantuvo su colaboración en las obras de la Catedral durante las posteriores intervenciones de los años cuarenta, llevadas a cabo por el arquitecto Perfecto Sánchez Ibáñez, hijo del anterior, y por el maestro de obras Mariano Álvarez Fernández. Cuando en 1858 el Cabildo comience la tramitación ante el Ministerio de Gracia y Justicia del famoso expediente de restauración general del edifico, encargará a Echano la dirección facultativa de las obras, aunque éste no aceptó debido a su estado de salud. Tras la intervención posterior de la Academia, la obra sería finalmente encomendada al arquitecto Matías Laviña Blasco.

En la ciudad de León se le debe, así mismo, la reforma parcial del palacio renacentista de los Guzmanes, realizada entorno a las mismas fechas.

En 1826 levanta un mapa topográfico de los términos de Aldea del Puente, Villamondrín de Rueda, Quintana de Rueda y Valdepolo para un pleito sobre mancomunidad de pastos que se conserva en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Así mismo, en 1832 dibuja el nuevo trazado que debía seguir el reguero del Chapín cercano a la ciudad de Astorga, con motivo de la reconstrucción del Monasterio de San Dictino y el pleito sobre aprovechamiento de agua a que dio lugar, que incluye la planta del cenobio desaparecido, y se conserva en ese mismo archivo.