Magistrado, consejero de Castilla, diputado.

Hijo del abogado Juan Dolarea, y de Joaquina Pascual de Nieva.

Estudió Filosofía en el convento de Padres Franciscos Observantes de Pamplona. Recibió el grado de bachiller en Leyes en la Universidad de Huesca, desempeñando el cargo de consiliario en dicha universidad.

Después de los pertinentes años de estudios y práctica fue recibido y aprobado por abogado del Consejo Real el 24 de octubre de 1780. Desempeñó con carácter interino los empleos de fiscal del Consejo de Navarra y auditor de guerra y, fue abogado defensor de pobres y reos del reino de Navarra. A partir de 1793 fue síndico consultor del propio Reino. Cuando se produjo la invasión francesa en 1808, al negarse a reconocer la nueva dinastía napoleónica, emigró junto con otros individuos de la Diputación de Navarra.

El 14 de septiembre de 1809, la Junta Suprema Gubernativa lo nombró para la primera vacante que se verificara en la Sala del crimen del Consejo navarro. La Comisión de Cortes le nombró el 27 de septiembre de 1809 miembro de la Junta de Legislación, cuyo cometido era el examen y propuesta a la Comisión de todas las reformas necesarias en las diferentes materias legislativas.

El Consejo de Regencia de España e Indias le confirió el 9 de octubre de 1810 la plaza de fiscal interino de lo civil y criminal de la Real Audiencia de Sevilla. De forma acordada entre la Regencia y las Cortes generales y extraordinarias fue agregado por vía de comisión al Consejo de Navarra. La propia Regencia del reino lo nombró el 2 de septiembre de 1813 para la plaza de ministro del Tribunal Especial de Órdenes, vacante por dimisión de Juan Pérez Tafalla.

Elegido diputado por Navarra en 1813 para las Cortes de Cádiz, formó parte del Tribunal de Cortes y de la Comisión del orden y gobierno interior del edificio de las Cortes, la Comisión de Gracia y Justicia y la Comisión del patrimonio del Rey. Al regreso de Fernando VII en 1814, fue nombrado magistrado de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte, reestablecida por decreto de 23 de mayo.

El 3 de febrero de 1815 ascendió al Consejo de Órdenes tomando posesión de la plaza al día siguiente. Fue nombrado por el Rey el 14 de julio de 1818 para la plaza de ministro de la Junta Apostólica. El 26 de enero de 1820 fue nombrado por el Rey para la plaza vacante del Consejo de Castilla, tras la intercesión del marqués de Mataflorida, entonces ministro de Gracia y Justicia. El 10 de febrero tomó posesión de la plaza de consejero de Castilla. En octubre del año anterior el Rey le había concedido los honores del mismo Consejo.

La llegada del Trienio en marzo provoca la supresión de los Consejos y restablece el Supremo Tribunal de Justicia, por lo que Dolarea pasó a tener la condición de cesante. Otro decreto del 20 de marzo reinstauró el Tribunal Especial de las Órdenes y Dolarea fue nombrado magistrado del mismo. Fue elegido diputado a Cortes por Navarra, y asistió a las mismas desde el 25 de mayo de 1821 hasta mediados de febrero del año siguiente. Cuando en 1823 se restablece el Consejo de Castilla fue adscrito nuevamente al mismo.

El 21 de febrero 1824 fue jubilado con medio sueldo (20.000 reales anuales), fijando su residencia en Pamplona, donde permanecerá hasta su muerte.